
“En este sentido, lo más relevante es que muchos de los compromisos suscritos no dependen de una ley, sino de la voluntad general, del esfuerzo colectivo, sin que necesariamente se deba esperar la anuencia de una autoridad determinada. El futuro se construye con las acciones del presente y hoy estamos a tiempo de confeccionarlo según nuestro mejor escenario posible”, dijo el seremi Haro.
“Con esto estamos abordando las necesidades de cada región, considerando a la gente, los trabajadores, al Gobierno y a los empleadores, al momento de definir una política pública. (…) La importancia de hacer un diálogo inclusivo radica en que la gente siente que se valora su opinión y se les toma en cuenta, pues el diálogo no sólo apunta a resolver problemas concretos, sino que, además, a dar el espacio necesario para que todos puedan hacer sus descargos y aportar en generar mayores oportunidades de empleo, de calidad, donde se considere en primer término la dignidad del trabajador y la necesidades particulares de cada localidad”.