Con la entrega de más de $ 43 millones, el Servicio de Cooperación Técnica (SERCOTEC) realizó la Ceremonia de Premiación más austral del mundo, favoreciendo a ocho micro empresarios de la provincia Antártica. Con la característica postal de fondo de los Dientes de Navarino, los flamantes beneficiados recibieron de manos del Gobernador de la provincia Antártica, Nelson Cárcamo y del Director regional de Sercotec, Gonzalo Rosenfeld, los recursos económicos que contaron con importantes aportes del Fondo de Magallanes (FONDEMA) destinados al inicio, fortalecimiento y consolidación de emprendimientos locales.

Para el director de Sercotec, Gonzalo Rosenfeld, “el emprendimiento ha sido fundamentalmente el corazón de las políticas públicas de este Gobierno, donde gracias a estos recursos y al esfuerzo de miles de emprendedores y de sus familias, han salido adelante de la mano con valores como la responsabilidad y el creer que se puede, con el esfuerzo de cada uno”. Agregó que, “el llamado que nosotros hacemos como servicio, es para aquellos que tienen un sueño o un proyecto, y no cuentan con los recursos para iniciar su emprendimiento, a que se acerquen a las instituciones de fomento, que pregunten e indaguen sobre los instrumentos que apuntan a proyectos de carácter individual o asociativo”.

Maurice Van Maele, uno de los favorecidos, sólo tuvo palabras de agradecimiento tras recibir 3 millones 900 mil pesos. En su testimonio señaló que si bien es la primera vez que postula a estos fondos, calificó el proceso como sencillo y expedito, valorando la consideración hacia emprendimientos que, aunque aparentemente son de menor envergadura, generan un importante impacto en los eslabones del sector turismo, respaldando a quienes hacen de esta actividad una forma de vida junto a sus familias.

Van Maele, es propietario de una agencia de turismo, actividad que complementa con un negocio de souvenirs. Con los recursos podrá mejorar la infraestructura del local, además de comprar insumos y acceder a asistencia técnica y promoción. Un valdiviano de 56 años, emprendedor y antropólogo de profesión, que desde hace 28 años decidió echar raíces en esa hermosa y lejana comuna.