
El Gobierno egipcio instalado por el Ejército aseguró que se enfrenta a “un complot terrorista malintencionado” de los Hermanos Musulmanes, para justificar la represión que ha causado más de 600 muertos en los últimos días, en su mayoría defensores del derrocado Presidente islamista Mohamed Mursi.
“El Gobierno afirma que sus miembros, las fuerzas armadas, la policía y el gran pueblo de Egipto están unidos para combatir el complot terrorista malintencionado urdido por los Hermanos Musulmanes”, según el comunicado del gabinete del primer ministro.
Ante esta escalada, que hace temer que el país -bajo estado de emergencia desde el miércoles y donde impera un toque de queda nocturno en varias provincias- se hunda en el caos, los europeos estudian “la adopción de medidas”. Alemania señaló incluso que quiere revisar sus relaciones con El Cairo.
En la capital egipcia, patrullada masivamente por el Ejército y por comités populares partidarios del Ejecutivo, se escuchaban disparos de armas automáticas en diferentes barrios, sobre todo en torno a la Plaza Ramsés, donde se encontraban reunidos miles de partidarios de los Hermanos Musulmanes.
Los cadáveres de al menos 39 personas yacían en dos mezquitas de El Cairo, donde las fuerzas se seguridad dispersaban a los partidarios de Mursi, según un corresponsal de la agencia AFP y varios testigos.
Además, fuentes de seguridad afirmaron que otras 31 personas habían muerto en las diferentes provincias.
También se oían disparos en otras grandes ciudades del país donde manifestaban los partidarios de Mursi, como Alejandría (norte), Beni Sueif y Fayum, al sur del Cairo, y en la ciudad turística de Hurghada, a orillas del mar Rojo.