
Para ello consideraron todos los presos que salieron de las cárceles el 2007, a quienes se les hizo un seguimiento de su comportamiento delictual durante 3 años.
“Ahora, con los mismos datos, ampliamos el análisis y miramos todos los delitos cometidos por esas personas en ese período para ver si tienen alguna especialización, es decir, ver qué tipo de delitos son recurrentes en su conducta”.
Los resultados muestran que de los casi 17 mil presos estudiados, la mitad no es reincidente. Pero de los reincidentes, dice Fábrega, “un 65% tiene un comportamiento delictivo crónico y persistente, cifra que es mayor a la que se pensaba”. Este grupo, vuelve a la cárcel una o más veces por el mismo delito.
Según las cifras, de los 8.500 reincidentes, cerca de 5.500 volvieron a la cárcel por los mismos delitos.
Al comparar los niveles de reincidencia de ambos estudios por tipo de delito, se ve un fuerte aumento en el caso de los hurtos “ya que pasa de 71% en la primera medición a un 90% en la segunda. El robo sube de 41% a 46% y otros delitos contra la propiedad (distintos a hurto y robos con violencia) aumentan de 26% a 44%”.