Múltiples argumentos respaldan la negativa de los ediles.
La Dirección de Arquitectura informó que iniciaría los trabajos en octubre. El Concejo Municipal de Punta Arenas por unanimidad rechazó la instalación de la Bandera Bicentenaria que el Gobierno a través de la Dirección de Arquitectura pretende instalar en cada una de las capitales regionales del país.
A nivel nacional, se destinó un total de $ 5.262 millones para este programa, de los cuales cerca de 400 millones de pesos han sido destinados para el pabellón nacional que se pretende instalar en Punta Arenas.
Es en la Quinta Región donde más se invertiría en la instalación de la Bandera Bicentenario, cuyo proyecto espera que se instale a 42 metros de altura.
Cuando la Dirección de Arquitectura informó de esta decisión al municipio, se encontraba como alcalde subrogante, el administrador David Pérez y no se abordó el tema al interior del concejo municipal de aquel entonces.
Al respecto los ediles actuales indican que esta decisión estaría fuera de la ley, toda vez que el reglamento establece que el municipio, son el alcalde y los concejales.
De la misma forma se presentaron otros argumentos que dicen relación con el elevado costo de este proyecto (400 millones de pesos), habiendo tantas otras necesidades urgentes en la comuna.
El proyecto señala además que se instalaría un asta con una altura de 32 metros con una base de apenas 1.50 metro, lo que “claramente sería un riesgo si se contemplan las condiciones de viento que se viven en Punta Arenas”, indicó el concejal Juan José Arcos.
Sin embargo, la Dirección de Arquitectura ha informado a la municipalidad que ya se adjudicó la licitación de la empresa (Bravo & Izquierdo) que debiera iniciar el trabajo en octubre de este año.
Ante esta situación, prácticamente de hechos consumados, se determinó en la sesión del concejo con el voto de aprobación de todos los presentes, rechazar la instalación de la mencionada bandera y realizar todas las gestiones que sean necesarias para frenar este proyecto, que según se indicó, no sólo no cuenta con la simpatía de los ediles, sino que con la gran mayoría de los habitantes de Punta Arenas y la región.