Desconocidos fracturaron una puerta de acceso y sustrajeron especies avaluadas en dos millones de pesos. La madrugada de ayer, desconocidos ingresaron a un antiguo supermercado de barrio desde donde se llevaron dinero y especies.
El hecho ocurrió cerca de las 2.30 horas, cuando delincuentes forzaron y fracturaron una puerta de acceso del Autoservicio San Francisco, ubicado en calle Rómulo Correa Nº 306, esquina Sargento Aldea, en el Barrio Prat de Punta Arenas. Una vez al interior los antisociales aprovecharon de sacar desde el minimarket dos cajas registradoras que mantenían con dinero en efectivo, para luego huir del lugar. El afectado y dueño del local, Francisco Oyarzún Cárcamo, de 79 años, indicó que durante la noche escuchó ruidos, pero no se imaginó que estaban robando su negocio. “Escuchamos que hubo ruidos durante la madrugada, pero pensamos que eran jóvenes que pasaban por la calle paralela a Rómulo Correa, el Pasaje Iquique, pero durante la mañana ya nos dimos cuenta al levantarnos que habían roto la puerta y ya no estaban las cajas registradoras”.
El antiguo vecino del Barrio Prat, recordó que al interior de las cajas mantenía cerca de 20 mil pesos en cada una en monedas, las cuales deja para dar vuelto, mientras que las cajas las avaluó en casi dos millones de pesos, siendo lo más dificil el hecho de perder las boletas, las cuales le impidieron abrir el autoservicio durante la mañana de ayer. “No es tanto la plata que sacaron, lo importante son las cajas, ya que al llevárselas nosotros no podemos trabajar, por lo que hay que hacer las gestiones con impuestos internos para ver si se puede abrir y dar el otro tipo de boletas hasta comprar unas nuevas”.
Hasta el lugar concurrió personal del Cuadrante 3 de Carabineros, que adoptó el procedimiento, entregando los antecedentes al fiscal de turno, quien dispuso la presencia en el lugar de Labocar de Carabineros, para realizar las diligencias tendientes a encontrar a los participantes en este delito, tomando fotografías del sitio del suceso y realizando el levantamiento de huellas dactilares.
Oyarzún señaló que desde hace más de treinta años que no había sido víctima de este tipo de hechos: “Somos dos viejitos que trabajamos duro, no me había ocurrido algo así. Recuerdo hace más de treinta años me asaltaron, pero eran tiempos diferentes, ahí no se podía denunciar como ahora. Esa vez fue mientras estaba cerrando el negocio, pero como estábamos en épocas difíciles no se pudo aclarar nada”.
El afectado recordó que tras cerrar poco después de la medianoche del miércoles, junto a su esposa se fueron a acostar. “Cerca de las dos de la madrugada escuché ruidos y saqué mi revólver porque tengo permiso para mantenerlo al interior de mi domicilio, así que estoy preparado. En la noche como nunca no tranqué la puerta con el fierro que coloco atravesado todas las noches, pero no vi nada y volví a acostarme”.
El comerciante señaló que hace poco tiempo delincuentes ocasionaron daños a su vivienda.
“Hace pocos días habíamos sentido golpes, pero como estaba la puerta trancada no pasó nada. Incluso un par de muchachos hace dos meses nos arrojaron piedras a nuestra ventana”.
Por este motivo, el afectado se mostró “descontento con la justicia que deja libre a los jóvenes cuando cometen delitos”.
“Uno nunca está preparado para estas cosas, no trabaja pensando en la maldad, pero hoy la juventud anda dos o tres de la mañana y a pesar de que los llevan detenidos luego están libres, entonces para la juventud no hay justicia, hacen lo que quieren. Pienso que tendría que haber una ley que nos resguarde”.