
Jorge Ignacio Remigio Sánchez Villalobos hoy tiene tres años es un niño normal inquieto, travieso y juguetón. Debe tomar medicamentos de por vida, pero gracias a que su madre le sirvió como donante hoy está vivo. Cuando tenía tres meses debió ser sometido a un trasplante de hígado, luego de que los doctores le detectaran el Síndrome de Byler o colestasis intrahepática familiar progresiva, un trastorno en la formación-excreción de la bilis que provoca retención de sus componentes en el hígado y la sangre.
Largo proceso
Wally Villalobos es la mamá del pequeño Jorge y cuenta con nostalgia a Diario El Pingüino el proceso vivido mientras fue detectada la enfermedad que llevaría a su hijo a convertirse en un paciente en busca de un hígado que le permitiera seguir viviendo.
“Llegué al Hospital Regional Doctor Lautaro Navarro con mi guagua y la doctora Hulda Clark dijo que tenía que ser hospitalizado en forma inmediatas. Comenzamos a hacerle los exámenes y dio la casualidad que justo llegó desde Santiago el doctor Germán Sepúlveda del Hospital Luis Calvo Mackenna, quien lo vio y dijo que cuando defecara me fijara en el color de las deposiciones, las que salieron blancas, entonces me dijo: ‘esto es una hepatitis o tiene problemas con el hígado’. Le pregunté qué haría él si fuera su hijo y me dijo: llevarlo inmediatamente a la capital”.
Wally emprendió un nuevo rumbo;- un viaje en el que pretendía salvarle la vida a Jorge. “Allá lo pincharon en los brazos, piernas y cuello. Nada se salvó de las agujas y de las ecografías hasta que finalmente le hicieron una biopsia al hígado y se le diagnosticó el síndrome de Byler. Mi hijo no expulsaba la bilis, entonces no engordaba y se ponía amarillo. Su guatita se infló como globo y la única alternativa para salvarlo era someterlo a un trasplante. Se le hicieron más exámenes e inmediatamente entró a lista nacional de donantes, nos hicieron exámenes a mi esposo y a mí, y gracias a Dios, fui compatible”, manifestó Villalobos.
El 22 de junio se realizó el trasplante con donante vivo en el Hospital Doctor Luis Calvo Mackenna. A las 8.00 horas ingresó Wally al pabellón y una hora después entró el pequeño Jorge (en la foto superior antes de la operación).
“Fue una operación larga de entre ocho a nueve horas, donde me sacaron un cuarto de hígado, gracias a Dios la operación fue un éxito. Pero los doctores igual nos dieron una mala noticia. Cuando le sacaron su hígado a Jorge se detectó que éste tenía un carcinoma (el tipo más común de cáncer) de cinco centímetros, entonces nos prepararon para que no nos hiciéramos ilusiones”.
Después de practicar muchos exámenes y de los positivos resultados obtenidos en ellos, Jorga logró sobrevivir. “Ahora está sano, aunque igual hay que estar viajando a Santiago para revisiones periódicas, para mí es un niños normal, le gustan las manzanas y la leche con frutilla”, indicó Villalobos.