
Tras la aparición de una grave fuga en las ruinas de la central nuclear japonesa de Fukushima, los equipos de reparación han detectado más indicios de filtraciones radiactivas, citaron hoy medios nipones a la operadora de la planta, Tepco. La empresa detectó la presencia de estroncio, entre otras sustancias radiactivas, junto a un canal de aguas residuales que desemboca en el mar.
Entre los expertos el estroncio es conocido como “asesino de huesos”.
Anteriormente, Tepco había detectado en tres tanques y en una tubería de enlace una dosis de radiación de hasta 1.800 milisievert por hora.
Ya una exposición de cuatro horas a una dosis de ese tipo causa la muerte.