
Como parte fundamental de llegar a un camino de paz y justicia, Guerrero afirmó que se deben dejar atrás los homenajes que recuerdan al líder golpista: “La carretera austral debe dejar de portar el nombre de Augusto Pinochet. En las clases de liderazgo de las fuerzas armadas debe salir Pinochet como el ejemplo que se da como un gran líder. Cuando demos ese paso habremos dado el paso de un reencuentro real y sano”.
Guerrero se refirió de forma crítica a las peticiones de perdón de algunas figuras de la derecha como el senador de la UDI Hernán Larraín: “Hay personeros que piden perdón. A mí me parece que es un gesto noble en la medida que no sea un cálculo hipócrita para aparentar algo en que no ha habido elaboración”.
“El perdón concreto en el caso de violaciones a los Derechos Humanos es respecto de los crímenes de lesa humanidad, contra la humanidad. Aquí hubo personas que en forma organizada desde el Estado violaron no solo cuerpos y derechos sino que violaron lo más humano del ser humano. Sometieron a personas a tales grados de vejámenes que los dejaron convertidos en paquetes. Los militares hablaban del traslado de televisores”, expuso.
“Ese perdón debe ser honesto y requiere no solo un gesto de arrepentimiento sino además una colaboración en el campo de la justicia para que haya castigo, reparación y así sí un camino hacia la paz”, planteó el sociólogo.
Entre las autridades que cuestiona Guerrero, nombró a “Joaquín Lavín, (Cristián) Larroulet, Andrés Chadwick. No solamente son los Pinochet boys que participaron en Chacarilla sino que formaron parte activa del Gobierno de Pinochet con cargos de confianza y responsabilidad”.