
Maduro anunció que pedirá la ley habilitante, que faculta al presidente para legislar sin control parlamentario, con el fin de dictar medidas que faciliten la lucha contra la corrupción.
Para ello necesita tres quintos de los diputados, 99 votos, pero el chavismo tiene 98 escaños por lo que necesitaría el apoyo de alguien de la bancada opositora.
La oposición ha rechazado esa opción, afirmando que ya existen normas para luchar contra ese flagelo y sólo hace falta aplicarlas, al tiempo de especular con que esa facultad podría ser utilizada por el presidente con fines políticos.
El diputado Chávez dijo que “hay un sector importante” de la oposición venezolana que no es corrupta, a diferencia, dijo, de los dirigentes de Primero Justicia, del ex candidato Henrique Capriles, y afirmó que hay “gente seria” que “se va a desmarcar en su momento” de la postura general de los adversarios a Maduro en la AN.
“Ese sector con el cual nos quisiéramos encontrar y debatir los proyectos, las propuestas, las ideas, porque realmente hace falta una oposición que presente como contraparte un proyecto alternativo al país”, indicó.
Capriles afirmó que la única forma de que el presidente consiga esos poderes especiales será “vía corrupción” para que “alguien vaya a saltar la talanquera”, como se le dice a Venezuela cambiar de bando político.