El acusado, César Ojeda, arrastró el cadáver a un sitio eriazo, donde lo dejó abandonado. Su pareja llamó ese día a la PDI, dando cuenta que en el patio de su casa había una persona fallecida. Para el jueves 26 el Juzgado de Garantía de Punta Arenas fijó la audiencia de preparación de juicio oral de César Pablo Ojeda Nancuante, acusado por la fiscalía de cometer un “homicidio calificado”, en perjuicio de Ricardo Oyarzo Sánchez, el 4 de marzo pasado.
El Ministerio Público solicita que esta persona sea condenada a 15 años de presidio por asesinar a su amigo mientras ambos bebían en casa del acusado.
Ese día, a las 19.30 horas aproximadamente, Oyarzo y Ojeda estaban en el inmueble de pasaje Monte Burney, Población Seno Almirantazgo, donde había otras personas, cuando entre el acusado y víctima se produjo una discusión. César Ojeda sacó un cuchillo de su ropa con el cual lo atacó en forma reiterada, provocándole múltiples heridas en la cabeza, cuello, espalda y tórax.
Primero, César Ojeda, apodado “Milico”, bebió en un bar de Avenida Independencia con su amigo Ricardo Oyarzo. En un momento decidió continuar la tertulia en casa, y ahí fue que se trasladaron a la Población Seno Almirantazgo, donde lo esperaba su pareja.
Los amigos se sirvieron unas copas de vino blanco y siguieron conversando. La mujer se fue al dormitorio, pero varias veces tuvo que apersonarse porque su pareja insistía en subir el volumen de la radio.
Todo transcurría con cierta normalidad hasta que el dueño de casa se enojó con el amigo. Discutieron y la peor parte la sacó Oyarzo, quien perdió la vida, luego de que cegado por el alcohol, su amigo lo apuñalara en diversas partes del cuerpo, según lo reveló el informe de autopsia.
La fiscal que investigó el crimen, con apoyo de la policía, presentó la acusación y espera, cuando sea el juicio oral, lograr que el trío de jueces lo sentencie a los 15 años de presidio que está pidiendo.
Fiscal
Cuando la fiscal formalizó al imputado por “homicidio calificado, con alevosía, en grado de consumado”, dijo que la principal testigo de los hechos, la pareja de Ojeda, no pudo frenar al hombre, quien registra condenas anteriores por robo con violencia y robo en lugar habitado.
César Ojeda arrastró el cadáver a un sitio eriazo, que colinda con la casa, donde lo dejó abandonado.
El mismo día, a las 20,15 horas, la mujer decidió llamar a la PDI dando cuenta que en el patio de su casa había una persona fallecida. Era Ricardo Oyarzo, a quien ella conocía hace más de siete años porque trabajaron juntos en una pesquera.