
Si bien el sistema debutó el año pasado con una valoración pareja de 10% en las 33 universidades adscritas al sistema único de selección (25 planteles del CRUCh y 8 privados), este año varias casas de estudios decidieron elevar su peso incluso hasta el 40%, quitándole protagonismo a la Prueba de Selección Universitaria (PSU) y a las Notas de enseñanza Media (NEM), lo que fue informado hace un par de semanas.
A juicio de la ministra, “esto afecta de manera especial a los alumnos de liceos emblemáticos, los cuales se caracterizan por tener un gran grupo de buen rendimiento y por ser muy exigentes a la hora de calificar”. De hecho, decenas de alumnos del Instituto Nacional protestaron la semana pasada alegando que pese a tener mayor exigencia académica, sus calificaciones son más bajas, lo que los perjudicará a la hora de postular a la universidad.
La crítica de Schmidt reedita los permanentes cuestionamientos que ha tenido el Gobierno con este instrumento, ya que el año pasado, el ex ministro Harald Beyer, aseguró que su implementación tenía problemas metodológicos y pidió públicamente no implementarlo.
Sin embargo, los rectores insistieron asegurando que el mecanismo premia a los alumnos que han evidenciado durante toda su enseñanza media hábitos de estudio y un buen rendimiento académico, lo que es un mejor predictor del desempeño universitario que la PSU.
Pero además, plantean que contribuye a la equidad en el acceso a las universidades ya que estudiantes de liceos municipales que no tienen buena formación académica ni pueden pagar un preuniversitario para preparar la PSU, podrán lograr un cupo en la universidad.
Problemas con la fórmula
Según la ministra Schmidt, “la fórmula del CRUCh no favorece a los estudiantes de colegios particulares pagados y perjudica a los de liceos públicos”.
Explicó que la fórmula de cálculo no genera -en estricto rigor- un ranking ya que además de considerar la posición relativa del alumno, también toma en cuenta la dispersión y el promedio de notas del colegio: “Eso favorece a los alumnos cuyos establecimientos tienen un promedio más alto y menor dispersión de notas”.
Agrega que “los colegios particulares pagados son los que en promedio tienen menos dispersión de notas y los promedios más altos, con lo que la fórmula favorece a estudiantes de colegios pagados y perjudica a los de liceos públicos”.
Según Schmidt, “el Mineduc hizo saber su apoyo absoluto al ranking como medida de equidad, pero propuso una fórmula de cálculo que corregía los problemas detectados”.
Y detalló que “cada universidad es autónoma para determinar su sistema de admisión, sin embargo impacta en todos los alumnos. Por ello, es básico cambiar la institucionalidad que administra el sistema de admisión, para que nos dé estabilidad y se puedan tomar decisiones de la manera más adecuada”, dijo.
Zolezzi: “Lamento el cambio de opinión”
“Lamento el cambio de opinión, porque había señalado que creía que la medida iba en el sentido correcto, que era positivo. Si no tiene claro los datos o le faltan antecedentes, nos los podría haber pedido”, dijo el vicepresidente del Consejo de Rectores, Juan Manuel Zolezzi.
Agregó que “le vamos a enviar los estudios y toda la información para que esté más al tanto de los efectos que produce esta medida”. Y respecto de la premura con que se ha informado, señaló que “esto lo venimos anunciando hace 2 años y medio, y el tema se viene estudiando hace 20 años”.