La autoridad calcula que la escasez de viviendas llega hoy a unas 500 mil unidades. Entre 2002 y 2012 el Estado chileno construyó, en promedio, unas 110.000 viviendas sociales por año. Así, sumó 1.100.000 nuevas unidades para los grupos de menores ingresos, según datos del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu). Aunque el último censo abrió la duda sobre la población del país, en la cartera afirman que creció más o menos en 1,4 millones de personas y que si bien una primera lectura haría pensar que la oferta habitacional habría actuado casi uno a uno con la demanda, ello aún está lejos de ocurrir.
¿Dónde está el problema? La demanda ha aumentado a una velocidad mayor que la oferta, superando el stock de 1,5 millones de viviendas sociales construidas (cerca del 30% del total de viviendas a nivel nacional). De hecho, el gobierno proyecta que hoy el déficit habitacional fluctúa entre 400.000 y 500.000 unidades; casi la mitad en las capas medias y emergentes. Los datos oficiales indican que en 2009 el déficit era de unas 340.000 viviendas, algo más de un tercio de capas medias.
Con ese diagnóstico, y pese a que la Contraloría General de la República aún no toma razón de los decretos respectivos, el Minvu se apronta a lanzar cuatro nuevos subsidios (dos nuevos y dos remozados) que en conjunto implican un gasto en régimen de entre US$1.500 millones y US$2.000 millones promedio al año, adelanta el subsecretario de la cartera, Francisco Irarrázaval.
Se trata de los subsidios de Arriendo; de Mejoramiento de la Vivienda y de Condominios de Viviendas Sociales; de Segunda Oportunidad, y de Grupos Emergentes. Los últimos dos ya operan como pilotos, pero en los próximos meses tomarán fuerza con mejoras para facilitar y ampliar la cobertura. El de Arriendo partirá en octubre, y el de Mejoramiento de Viviendas, antes de fin de año.
Hoy existen 12 subsidios habitacionales. Dos modalidades para comprar viviendas, dos para construir y tres para repararlas o ampliarlas. A eso se suman cinco modalidades para mejorar el entorno y los barrios en que están ubicadas.
Irarrázaval añade que la expectativa es que el próximo gobierno mantenga los programas más allá de 2014. Los recursos quedarán cautelados en la Ley de Presupuestos para el primer año. “Mantener un ritmo correcto para estos programas significa 45.000 subsidios al año de clase media, 40.000 de grupos vulnerables, 5.000 de segunda oportunidad, 15.000 de arriendo y otros 80.000 de mejoramiento”, dice.
La mayor fragmentación de las familias en Chile, como resultado del crecimiento económico y los cambios culturales, ha elevado en casi 40% la demanda por viviendas, según cálculos del Minvu. “Los núcleos son cada vez más pequeños. En 1992, el promedio era de cinco integrantes; en 2002, bajó a cuatro, y ahora incluso se redujo a tres, de 2,7 a 2,9 personas por hogar. Eso significa que si en 1992 éramos 100 personas y cada familia tenía cinco miembros, se necesitaban 20 casas. Hoy, si somos 100 personas, requerimos 33 casas. Eso explica que el déficit habitacional esté entre 400.000 y 500.000 unidades”, calcula.
El Fisco gasta hoy unos 27 millones de UF ($623.126 millones) en cubrir los distintos programas de viviendas para familias vulnerables y 14 millones de UF ($323.102 millones) en los segmentos medios. Al año, en tanto, coloca casi 45.000 subsidios en hogares vulnerables y otros 40.000 subsidios en hogares de ingresos medios, casi la mitad de estos últimos para viviendas usadas.
Opción de arrendar para familias jóvenes y hogares emergentes
Casi el 40% de quienes postulan a un subsidio habitacional tiene menos de 30 años, mientras que la mayoría se hace propietario entre los 30 y 40 años. “Esta brecha se debería a que no existe un instrumento distinto que apoye a familias jóvenes o a jóvenes en el inicio de su vida laboral más activa. La recomendación de la Ocde es que faltaba avanzar en esa línea y por eso diseñamos un subsidio para el arriendo formal”, dice el subsecretario de Vivienda, Francisco Irarrázaval.
¿Cómo opera?
A) El beneficio es para arriendos de hasta $200.000 y contempla que el Estado financie al mes 3 UF ($69.236) por los primeros tres años de pago, y 2,5 UF ($57.697) por los dos años restantes. Para eso habrá un contrato formal de arriendo entre el dueño de la propiedad y el arrendatario, definido y entregado por el Minvu y firmado ante notario. El beneficio no considera el tiempo de búsqueda y cambio de casa.
B) El titular deberá pagar al mes una parte del arriendo (establecida en el contrato) en los canales bancarios habilitados (internet o presencialmente) y sólo después de concretarse el copago, el Minvu realizará el pago del total del arriendo al dueño.
C) Además, se permitirá al beneficiario postular en el futuro a otros programas para ser propietario y a quienes opten por viviendas para capas medias y emergentes habrá un puntaje adicional, según el tiempo de permanencia en el sistema de arriendo.
El nuevo subsidio está para su toma de razón en la Presidencia, pero partirá como piloto en octubre con 5.000 cupos y en los primeros 10 meses de 2014 habrá otros 10.000. El programa en régimen debería atender unas 100.000 personas por año.