Tras recibir el aviso, las autoridades lograron dar con 20 ejemplares, dos de los cuales murieron.
Según un análisis realizado por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) a los cadáveres de los dos ejemplares fallecidos, concluyó que las aves fueron envenenadas con un plaguicida denominado difenilamina, el cual se utiliza para escaldado de las frutas (evitar sus manchas), descartándose la posibilidad de que hayan consumido agua contaminada con algún químico, como se especuló en un principio.