
Con ese objetivo se ha puesto en marcha este curso, que cuenta con 40 alumnos, tendrá una duración de un año y ha sido preparado por expertos del Centro de Protección de la Infancia de la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma.
“Comenzamos con la formación de una conciencia común en varias decenas de personas, profesionales de diferentes ámbitos, que van a desarrollar conjuntamente un modelo de respuesta integral al problema de los abusos sexuales en la Iglesia”, explicó al diario el jesuita Adam Zak, coordinador de la Comisión Episcopal para la Protección de los Niños y la juventud e impulsor de este curso.