Ayer, se celebró el día contra esa condena y Bielorrusia es el único país del viejo continente que todavía la aplica. Los países europeos han pedido ayer la abolición universal de la pena capital, con motivo de la celebración del Día Europeo y Mundial contra la Pena de Muerte.
El mensaje lo respaldan tanto la alta representante de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, como el secretario general del Consejo de Europa, Thorbjørn Jagland.
“Teniendo en cuenta el hecho de que no ha tenido lugar ninguna ejecución en este territorio en los últimos quince años, la UE y el Consejo de Europa comparten el objetivo general de consolidar la abolición tanto dentro como más allá de sus fronteras”, indica el comunicado conjunto.
La nota alerta de que la reanudación de las ejecuciones en algunos lugares del mundo y las violaciones de décadas de moratoria “determinan la necesidad de continuar nuestra prolongada acción contra la pena de muerte, en Europa y el resto del mundo”.
Tanto la UE como el Consejo de Europa “lamentan el continuo uso de la pena de muerte en Bielorrusia, el único país de Europa que todavía la aplica”, indica el comunicado, que urge a las autoridades bielorrusas a “examinar y explorar las posibilidades disponibles para introducir una moratoria, como primer paso hacia la abolición”.
Además, dejan claro que tanto los Veintiocho como el Consejo de Europa van a seguir “trabajando estrechamente con todos los interlocutores, gobiernos y la sociedad civil para desarrollar vínculos dirigidos a una abolición universal”.
La UE ha aprovechado para recordar que la lucha contra la pena de muerte “está en el corazón de la política de derechos humanos” de los Veintiocho y que es “una prioridad personal” de Ashton.
La Unión Europea “usa todas las herramientas disponibles para promover esta política abolicionista de acuerdo con las principales pautas europeas”.