
Así tituló ayer la edición electrónica de emol.com al dar cuenta de una nota extractada del diario La Nación de Argentina, referida a otro extraño episodio del “Polar Mist”, luego de suspenderse la misión para rescatar las 9,5 toneladas de oro y plata que transportaba el buque chileno que se hundió frente a las costas de la provincia argentina de Santa Cruz. La tripulación del Skandi Patagonia, un barco de alta tecnología contratado por la aseguradora Lloyd’s para la operación de salvataje, fue involucrada en una causa penal por negarse al rescate debido a supuestos problemas gremiales. La justicia investiga un boicot a la operación o simplemente “coimas” por parte de un sector relacionado con la navegación del buque.
La fase principal del rescate del metal precioso estaba a cargo de buzos expertos los cuales debían ser asistidos por la tripulación del Skandi Patagonia.
Las barras de metal doré salieron en el Polar Mist desde el puerto de Punta Quilla, en Santa Cruz. Pero 24 horas después, la tripulación solicitó ser evacuada y el Polar Mist quedó a la deriva. Una nave chilena, el “Beagle”, lo remolcó. Sin embargo, en medio de un fuerte temporal, decidieron cortar amarras y el pesquero se hundió con la millonaria carga que ahora intentan rescatar.