
La BBC Mundo comunicó ayer que según un estudio de la Universidad de Winsconsin-Madison, en Estados Unidos, las condiciones de Júpiter y Saturno podrían provocar “lluvias de diamantes”. Los científicos determinaron que en sus atmósferas podrían generarse unas 10 millones de toneladas de esas piedras al año. Nuevos datos de los gigantes gaseosos indican que en ellos abunda el carbono en forma de cristal deslumbrante, dicen los investigadores. Las tormentas convierten el metano en hollín (carbono), que se endurece a medida que se precipita en pedazos de grafito y luego diamante.