
La mayoría de los expertos pensaban que la autoridad optaría por sumar otro mes -ya el número 21- con la TPM en 5%.
Lo que no estaba en los cálculos, según se desprende del comunicado del banco, fue la inquietud de sus autoridades sobre la situación externa. Y es que la decisión de la Reserva Federal de postergar la moderación de su programa de compra de activos habría sido clave para el ajuste de la TPM. Esta medida de la Fed produjo “un descenso de las tasas de interés de largo plazo y una depreciación del dólar”, lo que abrió espacio para utilizar la política expansiva. Otro factor sería lo “temporal” del acuerdo fiscal alcanzado en EE.UU., que no permite descartar nuevas tensiones.