De acuerdo a lo informado por la empresa, en los próximos días se espera alcanzar las doce bases de licitación vendidas a inversionistas, cajas de compensación e instituciones. Fueron seis las bases de licitación del Club de Campo Leñadura que se vendieron durante la primera semana del proceso, que dirige la empresa Colliers International,
Al ser consultado sobre este proceso, Jaime Araya, managing director de Colliers International, sostuvo que “en menos de una semana se vendieron más de seis bases de licitación y durante los próximos días se espera llegar a las doce vendidas”.
En la oportunidad, Jaime Araya destacó el alto interés que hay en el complejo, señalando que durante todo el proceso se han recibido varias consultas. “Hemos tenido bastantes solicitudes y preguntas tanto de empresas locales, organismos públicos, inversionistas como de cajas de compensación”, dijo el managing director de Colliers International.
A su juicio, “es gracias al proceso de licitación se logró dar a conocer las características y las oportunidades por adquirir el Club de Campo Leñadura, lo que ha atraído el interés del mercado y nos permite estimar que se está desarrollando un proceso competitivo”.
Finalmente informaron que las bases se podrán adquirir hasta el día anterior a la licitación (programado para el 14 de noviembre), “aunque lo recomendable es que se haga con la debida anticipación”, asegura Araya. El valor del documento es de
$ 50.000.
El proceso considera la entrega de ofertas ante un notario publico, en un plazo definido en las bases, por un monto mínimo de 99.600 UF. El complejo se adjudicará a la mejor oferta.
Al consultar sobre la continuidad de giro del recinto, desde la empresa Methanex señalaron que esto no forma parte de las bases.
El complejo, que fue cerrado el 31 de agosto pasado, está inserto en un terreno de 23 hectáreas. El recinto cuenta con 1.767 metros cuadrados una piscina temperada techada, gimnasio de básquetbol, tenis, paddle, talleres, además de varios quinchos.
El Club de Campo Leñadura inició su construcción en 1994 y en sus orígenes era un recinto destinado a los empleados de Methanex en Magallanes. Posteriormente se decidió abrirlo a la comunidad, incorporándose socios no pertenecientes a la empresa. Una de sus mayores contribuciones se realizó a través de su piscina olímpica, que comenzó a funcionar el año 1999. En este recinto más de 600 menores aprendieron a nadar en las escuelas de natación (abiertas a todo público) y también se formaron las nadadoras regionales que han representado a la Región de Magallanes y al país, en diferentes competencias.