
Mi más profundo reconocimiento a la labor que realizan en todos los ámbitos de nuestra sociedad, no sólo al interior de la iglesia sino también en la colaboración y el apoyo al trabajo social.
Mi respeto a su labor de entrega y dedicación para con las personas más necesitadas, aquellos que necesitan de una palabra de ánimo y espiritualidad en nuestros hospitales públicos y clínicas, en las cárceles y en las calles, donde realizan la importante labor de acoger y rescatar a las personas, sobre todo aquellas que padecen de alguna enfermedad terminal o de alguna adicción.
Sin duda el mundo cristiano cumple un rol fundamental en post de defender valores y virtudes de nuestra cultura, principios tan importantes como la familia, el amor al prójimo y la solidaridad, sobre todo en este tiempo que se han perdido muchos principios de convivencia entre los seres humanos.
Desde ya quiero expresar mi compromiso parlamentario con la comunidad evangélica cristiana, para defender esos valores, donde no apoyaré ninguna ley que debilite el concepto de la familia chilena, como ninguna ley que vaya en contra de los principios que nosotros tenemos en nuestra sociedad, que permiten una convivencia respetuosa.
Hoy más que nunca debemos tratar de fortalecer la familia, la vida, las buenas costumbres y los principios que están cuestionados en muchos ámbitos.