
Más de 100.000 personas tuvieron que huir por el conflicto en el este del país, una zona muy rica en materias primas.
Tras una ofensiva militar en las colinas de Runyonyo y Chanzu, los rebeldes se replegaron hacia un lugar desconocido, aseguró el portavoz del Ejército congoleño Olivier Hamuli.
Antes de huir, los miembros del M23 prendieron fuego el equipamiento, los automóviles y las municiones que había en el lugar.
El lunes los rebeldes habían atacado varias zonas cerca de la ciudad de Bunagana. Bisimwa había declarado previamente un cese del fuego y había instado a sus hombres a “suspender todos los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad de la República Democrática del Congo”.