
Una de las primeras denuncias llegó a la comisaria el 22 de agosto.
Ese día, en horas de la tarde, una escolar de 15 años se subió a un bus de Movigas en el paradero de calle José Menéndez, en el que viajaba el imputado quien, aprovechando que el bus iba lleno de pasajeros, le tocó con sus manos los glúteos a la niña y luego sacó su genital para masturbarse frente a la víctima y otras escolares.
Afortunadamente la menor tuvo la valentía de grabar con su celular el rostro del imputado, prueba que a la larga resultó vital para su posterior captura.
Luego, el 25 de octubre, cerca de las ocho de la mañana, cuando dos escolares caminaban por calle Paula Jaraquemada y Gaspar Marín, rumbo al colegio, fueron alcanzadas por el mismo sujeto, quien las tocó en glúteos y entrepiernas. Este episodio, ocurrido en las cercanías de la comisaría, también fue denunciado en Carabineros.
Minutos después, y en el mismo sector, el denunciado atacó a otras dos menores de edad.
Ambas caminaban rumbo al colegio y resultaron víctimas del mismo delito.
Una de ellas declaró que la manoseó tan fuerte entre las piernas “que me llegó a levantar del suelo”.
Para la fiscalía estos hechos son constitutivos de cinco delitos consumados de ultraje público a las buenas costumbres, comunicó la fiscal de turno, Wendoline Acuña
“En shock”
Una de las menores reconoció a la policía que el sujeto la dejó “en shock y verdaderamente no supe qué hacer”, cuando la “toqueteó”.
La madre de una de las menores declaró que al llegar a casa vio el mensaje que le dejó su hija en el Facebook, enterándose de lo que le había sucedido, así que la acompañó a interponer la denuncia, porque no estaba dispuesta a dejar pasar por alto lo ocurrido.
Esta fue la menor que grabó el rostro del sujeto y la imagen se la entregó al fiscal Dobson. La SIP logró constatar la veracidad de los hechos denunciados y sugirió al fiscal tramitar la orden de detención en contra del imputado. Incluso llevaron a Movigas la foto de Candia para que los choferes tuvieran la precaución de hacer la denuncia si lo veían abordando algún bus.
Crimen de su padre
Juan Carlos Candia recuperó la libertad el 2012, luego de pasar la mitad de su vida en la cárcel, por el crimen de su padrastro, cometido la madrugada del 5 de junio de 1991.
En julio de 2011 fue entrevistado por Diario El Pingüino, ocasión en que pidió una oportunidad para que lo dejaran terminar de cumplir su pena en libertad, luego de pasar 20 años tras las rejas, argumentando que delinquió siendo adolescente, y que había aprendido la lección.
Al solicitar la prisión preventiva, la fiscal Acuña recordó la cantidad de condenas que Candia registra en su prontuario policial, “lo que convierte su libertad en un peligro para la sociedad”.
Entre las penas figuran manejos en estado de ebriedad, daños, hurtos, abusos deshonestos, además del homicidio.
Para al cierre de esta investigación se acordó un plazo de 90 días, pese a la oposición del abogador defensor, Ramón Bórquez.