
Hay patologías, como la presbicie o vista cansada, por ejemplo, consideradas naturales, sin embargo, otras dificultades sensoriales están directamente relacionadas con una determinada enfermedad. De ahí la importancia de consultar a un médico al menos una vez al año, además de realizarse un examen oftalmológico tanto para prevenir como para controlar patologías existentes. “Desde el punto de vista óptico la principal molestia es la presencia de presbicie, lo que obliga a usar lentes para leer. Existen otras condiciones que deben considerarse, como la presencia de cataratas, glaucoma y sequedad ocular, esto último como un síntoma asociado a otros problemas de base. También pueden encontrarse problemas en la retina relacionados, por ejemplo, a la diabetes”, explica José Pablo Pérez, profesional óptico y product manager de la firma Rodenstock.
La enfermedad conocida como Glaucoma o aumento de la presión intraocular, suele ser una molestia presente en la tercera edad. Lo mismo sucede con las denominadas cataratas u opacidad del cristalino, “que también es habitual en este grupo de pacientes”, comenta el especialista de Rodenstock, y a continuación entrega algunos buenos consejos para tener en cuenta:
En condiciones normales agendar una cita con el oftalmólogo una vez al año. Y frente a la presencia de alguna enfermedad, previamente controlada, visitarlo cada 6 meses.
No automedicarse con colirios y lentes ópticos sin receta.
No comprar lentes ni anteojos en la calle. Solo usar lentes ópticos de buena calidad y expendidos por los lugares autorizados para esto, es decir, ópticas autorizadas.
Seguir la receta del médico al pie de la letra.
Probar los lentes e ir, poco a poco, evaluando los resultados, de manera de consultar al médico frente a cualquier anomalía.