Hombre de 65 años vive solo, sin agua, es sordomudo y tiene escasa visión

General
17/11/2013 a las 08:25
La energía eléctrica con la que cuenta en su domicilio es arrendada por un vecino y en su techo se ha instalado un nido de palomas. ¿Se imagina cómo sería su vida, si en su casa no contara con agua potable, si además fuera sordomudo y su visión fuera muy escasa. Si a eso le agrega vivir solo y con 80 mil pesos al mes?.
Parece una historia sacada de una novela dramática, pero no es así, es la historia de un vecino de Punta Arenas.
Mario José Hernández Santana, tiene 65 años, siempre vivió con sus abuelos, en el campo, y cuando ellos murieron lo trajeron a la ciudad para compartir el hogar con un tío, quien falleció hace dos años.
Mario, no tuvo la posibilidad de acceder a algún programa que le pudiera entregar herramientas para auto valerse. Sus días transcurren en su casa de calle Ramón Carnicer, donde se alimenta con lo que alcanza, y aveces, recurre donde una hermana (85 años) que vive cerca, y que esporádicamente le ofrece un plato de comida y también lava su ropa.
En la casa de Mario no hay agua, por lo tanto se viven todas las necesidades que se puedan imaginar sin este vital elemento. Él junta agua de lluvia en unos baldes o también algún vecino de buena voluntad le otorga esta ayuda. Lamentablemente no faltan quienes no ven el dolor ajeno y actúan con absoluta crueldad, puesto que en no pocas ocasiones, pasan por su patio y orinan en los baldes donde Mario ha reunido agua.
La luz, es un elemento del que también carece su casa, y sólo por la voluntad de un vecino que le cobra 10 mil pesos mensuales puede contar hasta las 23 horas con esta ayuda.
María Hernández, tía de Mario, y la hija de ésta, Sarina, son quienes visitan y ayudan en lo que pueden a este hombre en forma esporádica, y es que ella, es una mujer de 75 años, con Parkinson y que además vive alejada de la casa de este hombre.
Sarina muy pronto debe dejar Punta Arenas y les preocupa cuál será el destino de Mario, quien no sólo vive en una profunda soledad, sino que además, las carencias en su día a día son múltiples. Su casa está húmeda, las palomas se han apropiado del techo de su propiedad y la comida diaria no es algo con lo que pueda contar en forma segura.
En la pared de su cocina, se aprecian algunas imágenes de personas que él no conoce, pero que seguramente se han convertido en su compañía. También hay un dibujo, que pudiera parecer de autoría de algún infante, pero resulta ser Mario quien lo ha hecho, retratando los tiempos en que vivió con sus abuelos en el campo. Se aprecia una casa, algunos animales, un hacha para cortar leña y árboles. Seguramente este dibujo es el recuerdo de tiempos mejores, donde contaba con sus seres queridos todos los días y donde además se alimentaba a diario.

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