La ciudad de Dallas y con ella el resto de Estados Unidos guardó ayer un minuto de silencio en el momento en que se cumplieron exactamente 50 años del asesinato en esta ciudad de Texas del Presidente John F. Kennedy, convertido desde entonces en un icono de la política y cultura del país. La ceremonia principal se celebró en la plaza Dealey de Dallas, el lugar por donde pasaba la limusina descapotable que ese 22 de noviembre de 1963 trasladaba al Presidente y a la primera dama, Jacqueline Kennedy, cuando el Mandatario fue abatido a tiros delante de miles de personas y de las cámaras de televisión que registraron el magnicidio para todo el país y el mundo.
Unas 5.000 personas desafiaron el cielo plomizo y por momentos lluvioso para asistir al acto en Dallas, donde al igual que en el resto del país las banderas ondearon a media asta en honor a Kennedy