Para esta actividad, unas 100 personas se embarcaron en el Patrullero de Servicio General “Isaza” del Distrito Naval Beagle y en el OPV “Piloto Pardo”, patrullero perteneciente a la Segunda Zona Naval se encuentra de paso en Punta Arenas para efectuar un ejercicio naval con Argentina.
En la ceremonia, llevada a cabo en el hangar del “Piloto Pardo”, estuvieron presentes diversas autoridades, entre ellas el Intendente de la Región de Magallanes, Claudio Radonich; el Alcalde de Punta Arenas, Emilio Boccazzi; el Obispo de la ciudad, Monseñor Bernardo Bastres y los Jefes regionales de las Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad Pública.
Pueblo de la fe
Desde el punto de vista simbólico de la fe cristiana, Monseñor Bastres, señaló que “el padre Sallaberry quería hacer ver que el evangelio del Señor llegaba hasta el confín del mundo, y el de América Latina, era justamente este peñón, la última parte del continente”. La cruz de Sallaberry, de 9 metros de alto, estaba formada por dos vigas de fierro galvanizado, firmemente asentada en la cima de uno de los lugares más ventosos de la Patagonia. Sin embargo no pudo resistir los embates del clima, cayéndose en 1930.
Pero la Cruz de Froward se había convertido en un símbolo del cristianismo en Magallanes, por lo que su caída dio comienzo a la iniciativa propuesta en 1943 por el Monseñor Pedro Giacomini de levantar una segunda cruz.
El nuevo monumento, llamado “Cruz de los Mares” fue inaugurado a través de una ceremonia el 5 de marzo de 1944, contando con la asistencia de aproximadamente quinientas personas que se trasladaron al lugar en buques de la Armada. Pese a que la “Cruz de los Mares” fue elaborada con hormigón armado, se desplomó debido a fallas estructurales y al sismo que tuvo origen en el archipiélago de Tierra del Fuego durante 1949.
El Contraalmirante Roberto Benavente, gestor de la construcción de la tercera cruz de Froward, señaló que la llegada del Papa Juan Pablo II a Chile en 1987 fue el motivo que inspiró a un grupo de profesionales, principalmente magallánicos, para realizar los estudios técnicos para levantar una nueva cruz, inaugurada el 28 de marzo de ese año.
“Con un grupo de ingenieros, me puse en campaña para diseñar un modelo de cruz que fuera capaz de resistir las inclemencias del tiempo. Para esto, diseñamos una de 24 metros conformada por una estructura de tubos de aceros, compuesta por 88 módulos, 3.200 pernos, y una base de 33 toneladas, permitiendo el paso del viento entre los tubos. Luego de un año, ocho empresas nacionales participaron en su construcción, que se realizó por partes en las maestranzas de Punta Arenas y transportada a Froward en buques y helicópteros de la Armada”, explicó el Contraalmirante Benavente.
Durante su discurso, el Comandante en Jefe de la Tercera Zona Naval, Contraalmirante Kurt Hartung manifestó que gracias al esfuerzo y tesón de los organizadores de este proyecto y a los cerca de 75 mil chilenos que contribuyeron con sus aportes monetarios, se logró la construcción de esta tercera cruz, la cual se encuentra arraigada en la cultura magallánica y representa un orgullo para sus ciudadanos.