Más de 10 asaltos a taxistas se han registrado durante las últimas semanas en el sector de calle Chilote Díaz, en el poniente de Punta Arenas. Todos los casos presentan varias características en común: los supuestos protagonistas, el lugar donde actúan, el modus operandi y el desenlace. “Es que esto no da para más”, señala R.R. En su frase encierra una mezcla de temor, angustia e impotencia, la misma que sintió la noche del pasado miércoles cuando tres sujetos lo abordaron e intimidaron con un arma blanca. Pero, “pudo ser peor” enfatiza. El actuar de los asaltantes sólo apuntó a la sustracción del vehículo, el mismo que horas más tarde fue encontrado por colegas taxistas en el sector norponiente de Punta Arenas, con sus cuatro puertas abiertas y con dos botellas de licor y colillas de cigarrillos en el interior. No obstante, no registró daño alguno.
El hecho del que fue víctima el chofer de 46 años es sólo uno en la seguidilla de casos similares que se viene registrando en las dos últimos semanas, y que dan cuenta de una ola de asaltos y robos de taxis, los que presentan varias características en común: los supuestos protagonistas, el lugar donde actúan, el modus operandi y el desenlace.
A través de R.R. fue posible obtener otros dos testimonios de choferes pertenecientes a dos empresas distintas de radiotaxis.
“Nosotros como colegas choferes estamos atentos a lo que está sucediendo y es bueno que otros conductores sepan a través de esta denuncia pública a lo que estamos expuestos”, manifiesta P.S.D. Cuenta que durante la madrugada del pasado martes, tres de sus compañeros vivieron una experiencia similar. “Un hombre llama solicitando un servicio de pedido y da como dirección un número de la calle Chilote Díaz, en el sector poniente de la ciudad. A todos les pasó lo mismo, cuando concurrieron debieron acceder al supuesto domicilio a través de un callejón, donde fueron interceptados por tres sujetos. Fueron golpeados, les robaron y a uno de ellos le quitaron en vehículo”.
Asegura que aquello ocurrió en escasos minutos, a modo de evitar la denuncia y la concurrencia policial.
Testigo R.M.G. también relata su experiencia, claro que como testigo. “Por radio nos avisaron que le habían robado el auto a un colega. En una carrera al sector sur, vi que un vehículo de la misma empresa estaba estacionado en el sector de Pedro Aguirre Cerda con Avenida Eduardo Frei. Tras confirmar el número de patente, y cuando me aprestaba a solicitar la concurrencia de Carabineros, tres jóvenes salieron desde un centro social del sector y se embarcaron en el móvil. Les toqué la bocina e intenté interceptarlos. Uno lanzó contra mi parabrisas una lata de cerveza y otro una piedra que por suerte no llegó a destino. Escaparon en el auto y no los pude alcanzar”. El testigo asegura que los jóvenes, todos mayores de edad, son conocidos por protagonizar delitos en el sector alto de Punta Arenas. “Es fácil identificarlos. Los tres usan el pelo largo, dos son de cabello liso y uno es crespo”, asegura.
Respecto de la actitud asumida por los choferes, cuenta que entre los colegas siempre hay una relación cordial y solidaria, “por lo que si a alguien le pasa algo, nuestro espíritu es acudir en ayuda, más aún sabiendo que puede tratarse de algo grave”.
Agrega que en la mayoría de los casos, donde los choferes aparecen como víctimas, no se hace la denuncia justamente “porque los trámites y esas cosas dificultan nuestra labor, donde cada minuto cuesta. Por eso, para nosotros es más fácil actuar por cuenta y riesgo”.
Sin embargo, califica de fundamental la ayuda que puedan prestar las policías, sobre todo en este momento cuando los asaltos a taxistas se vienen reiterando y cuando el peligro de un desenlace más grave puede estar a la vuelta de la esquina.