
Tres aerolíneas estadounidenses, asesoradas por el Gobierno de Estados Unidos, notificaron a China que transitarán la zona, cumpliendo con las exigencias de Beijing. Pero Washington aclaró el fin de semana que eso no implica que acepte la existencia de esa área.
Estados Unidos envió la semana pasada dos bombarderos B-52 a la zona, sin previa notificación a China.
La relación entre Japón y China, a menudo tensa por su rivalidad en la región, la desconfianza mutua y los amargos recuerdos chinos por la ocupación japonesa en la década de 1930, se ha deteriorado por una disputa sobre unas diminutas islas reivindicadas tanto por Tokio como Beijing.