
Como informó el Serviu, las esculturas están compuestas por 11 tripulantes (ocho hombres, dos mujeres y un niño), entre ellos el capitán Juan Williams, dos seres mitológicos de la cultura de Chiloé (Pincoya y Millalobo) y tres animales (cabra, gallina y gallo), además de otras menores como una bandera de Chile con mástil, fusil, pergamino y una sierra.
El escultor Guillermo Meriño, en tanto, explicó en su página web que el capitán John Williams, desde la nave indicó con decisión su voluntad de elegir la Punta Santa Ana para tomar posesión del territorio, sosteniendo con su otra mano el mástil con la bandera de la República de Chile.
Para él, Williams fue quien finalmente cumplió el deseo de Bernardo O”Higgins de tomar posesión del territorio magallánico. Acompañando al capitán están: el coronel y sabio naturalista Bernardo Philippi, oteando el asombroso paisaje patagónico y con el mapa del territorio en una mano; Benancia Elgele una de las mujeres que venían a bordo (símbolo de la procreación), la cual tiene una gallina en sus brazos; Ignacia Leyba con profunda fe, elevando sus brazos, agradeciendo a Dios; el teniente de artillería Manuel González, portando un fusil, quien tenía como misión el resguardo del territorio; el carpintero Lorenzo Aro inclinado con una herramienta de construcción (una sierra), cuyo oficio sería vital para el grupo; el niño Horacio Williams, hijo del capitán, que simboliza el futuro, y que conduce un caprino destinado a la crianza y por último, un grupo de marinos y soldados, ubicados en la parte inferior de la proa de la nave.
En este sector se integró una alegoría de cuatro marinos y artilleros que impulsaron la nave (Recardo Didimos, José Santana, Cabo José Idalgo y Sipriano Jaros) simbolizando el sacrificado esfuerzo y embates frente a las tempestades e inclemencias del mar.
Premio Nacional de Historia
Para el historiador y premio nacional de Historia en 2000, Mateo Martinic Beros, en tanto, “la Toma de Posesión del Estrecho de Magallanes significó la ocupación e incorporación efectiva del territorio meridional americano al dominio de la República de Chile en 1843. Sin lugar a dudas fue un suceso trascendente de la vida nacional durante el siglo XIX. Esencialmente fue un acto de reivindicación de un derecho histórico, ejercido en forma pacífica y con recursos casi mezquinos, que hizo posible que la Nación Chilena en proceso de formación se asentara donde no había podido conseguirlo el poderoso Imperio Español de otrora”.
Dijo que ”tal suceso trascendente, bien se sabe, fue inspirado genialmente por el Libertador Bernardo O¨Higgins y realizado por la determinación del Gobierno del Presidente Manuel Bulnes, con la participación eficaz del intendente de Chiloé Domingo Espiñeira, y permitió la incorporación de los territorios de las actuales Regiones de Magallanes, Aysén y parte de la de Los Lagos, y brindó al país su proyección antártica. Ese acto memorable, expresivo de una epopeya de laborioso esfuerzo creador en lo que fue su organización y su exitoso desarrollo culminado entre el 21 de septiembre y el 30 de octubre de 1843, no habría sido posible sin el concurso fundamental de la gente de Chiloé”.
Así su máxima autoridad gubernativa ya mencionada, el capitán Williams, el teniente González, los artesanos y gente de mar, participaron con entusiasmo y con eficiencia, dignos de encomio en la noble empresa cuya responsabilidad les encomendó la patria. Consiguieron así, para la historia, que su digna tarea indisolublemente asociada a la gesta que importó la incorporación del suelo meridional para Chile, manifestó Martinic.
Centro Hijos de Chiloé
La historia para el presidente del Centro Hijos de Chiloé, Manuel Ulloa, en tanto, consiste en que “salieron 22 tripulantes de Ancud y en Curaco de Vélez se embarcó Carlos Müller, lobero que conocía todos los canales patagónicos y tuvo una responsabilidad importante en la navegación. Cada uno de ellos cumplió su misión, que no fue fácil y una y otra vez estuvieron cara a cara con la muerte”, señaló.
“El desafío, la furia del mar y el clima, en varias oportunidades lo tuvo allí tambaleando, y por ende ellos cumplieron una misión muy importante, que terminó con entregar a Chile el territorio de Magallanes”, agregó, destacando que si se evalúa el trabajo de cada tripulante, “este fue muy importante, mientras que la suma de cada uno de sus esfuerzos logró consolidar la toma de posesión”.
“Este monumento viene a hacer justicia a esta tripulación y para todos los chilotes que han entregado tanto a Punta Arenas”, enfatizó.