
Había aprecio por Manolo, pero ¿quién de nosotros en su momento se atrevió a prestarle ayuda? Y no sólo con “Manolo”. Muchos hoy recordarán a “Changa”, “Panda”, “Panduro”, “Paralabaila” y “Rulito” (quien acompañaba todos los cortejos fúnebres).
Pero reitero, ¿regalarles un cigarrillo era prestarles ayuda? Recuerdo aquella frase que dice “al que tiene hambre no le regales un pescado, enséñale a pescar” y eso nos hace falta a todos, porque nos seguiremos encontrando con más “Manolos” y si nuestra actitud no cambia y ni siquiera somos capaces de escuchar al prójimo, nuestro pasar por este mundo será mucho menos reconocido que el de estos personajes.
Desde esta editorial te decimos: descansa en paz “Manolo”, donde quiera que estés.