El conductor acusado es Gustavo Muñoz Cárdenas, quien guiaba un bus Volvo el 24 de junio de 2012, cuando volcó en la ruta entre Puerto Natales y Punta Arenas. “Mi hija se llevó la mitad de mi vida y de mi alma, se lo llevó todo”, fue la desgarradora frase que pronunció Daniela Cárdenas Sánchez, la mujer que perdió a su hija de cuatro meses, en el volcamiento del bus Pacheco, en junio del año pasado.
La mujer declaró en el juicio oral que el Ministerio Público sigue en contra del chofer Gustavo Muñoz Cárdenas, quien el 24 de junio guiaba el bus Volvo, por la Ruta 9, en dirección a Punta Arenas, cuando por exceso de velocidad en una ruta con nieve y escarcha terminó volcado, según la acusación del fiscal Felipe Aguirre.
Entre los pasajeros se encontraba la pareja formada por Rafael Loaiza y Daniela Cárdenas, quienes viajaban con sus dos hijos a un funeral a Punta Arenas. Tomaron el bus que salía a las 14.00 horas y el hombre llevaba su bebé en los brazos. En su declaración confirmó que el bus se desplazaba rápido. Dijo que después de una parada, donde subieron más pasajeros, resolvieron cambiarse a los asientos posteriores. “Sentí un golpe y el bus se volcó. Ahí entraron todos los vidrios rotos, nieve y escarcha. Sufrí heridas en la vista, cortes en el labio, brazo y se murió mi bebé. Cuando dejó de moverse el bus traté de verla pero no reaccionaba, busqué reanimarla y no podía porque me saltaba sangre y no la podía ver bien. No podía ver si estaba viva”.
Mientras que Daniela lloró durante gran parte de su declaración frente a los jueces. Le costó mucho revivir ese fatal accidente, donde perdió a su Antonia Ignacia. “Nunca más voy a volver a ser feliz”, le respondió a la abogada querellante, Martina Pradenas, cuando le preguntó lo que ha significado para ella este hecho en su vida.
“Es algo muy triste”, fue una de las frases que ocupó la dolida madre para graficar la pena que carga sobre sus hombros junto a su pareja.
La mujer recordó que “apenas el bus volcó quedé colgada con el cinturón, lo solté y caí, porque quería llegar a mi hija y ahí la vi que tenía la cara cortada. Todavía tenía pulso y traté de darle respiración, pero no supe hacerlo. Así que por una de las ventanas del bus, como había un espacio pequeño, fui la primera en salir y miré para todos los lados. Afuera había nieve y frío”.
“Le dije a mi otro hijo que se agachara, lo tomé de sus manitos y lo saqué afuera. Mi pareja tenía a Antonia y minutos después él logró salir arrastrándose”. En su relato contó que al ver que se acercaba un auto lo hizo parar. Era un matrimonio argentino que embarcó a su pareja y al bebé y los llevó al Retén Morro Chico. La esposa del conductor se bajó y quedó acompañando a Daniela.