
El criminal, cuya vida inspiró libros y películas, residía en el Reino Unido desde 2001, cuando regresó de Brasil tras permanecer más de 25 años prófugo de la justicia.
Según su portavoz, Biggs no podía hablar y tenía dificultades para caminar y la última vez que fue visto en público fue el pasado marzo cuando asistió al funeral de Bruce Reynolds, su compañero del famoso atraco perpetrado el 8 de agosto de 1963.
El autor de su biografía, Christopher Pickard, dijo a la BBC que Biggs debería ser recordado como “uno de los grandes personajes de los últimos cincuenta años” y calificó al ladrón de “amable y generoso”, con un gran sentido del humor que conservó hasta la muerte.
Tras su regreso al Reino Unido en 2001 acompañado por su hijo Michael, de nacionalidad brasileña, Biggs fue encarcelado, pero fue finalmente liberado en 2009 por razones humanitarias debido a que estaba muy enfermo.
Con más de 10 cómplices, Biggs participó en el robo al tren de Glasgow en la localidad de Cheddington, en el condado de Buckinghamshire (al norte de Londres), cuando manipuló las señales de las vías para forzar la detención de los vagones.