
La convocatoria generó gran expectativa y decenas de curiosos y fotógrafos de medios de comunicación habían concurrido al lugar. “Un verano sin marcas y sin hipocresía”, había pedido la organizadora del “Toplessaco”, Ana Rios, una productora y activista de derechos humanos de 23 años, quien se resistió a hacer topless, al considerar que se había convertido en un “circo”. Muchas mujeres informaron que decidieron no ir ante la gran expectativa generada: “Tuve miedo del asedio, viendo la repercusión y los comentarios, veo que nuestra cultura aún no está preparada para eso, es una pena”, dijo Julia Barros, una internauta. Brasil, tierra del Carnaval y de las reinas de belleza, donde la ropa femenina es mínima y la tanga se considera completamente normal, prohíbe los pechos desnudos en las playas.