
Aprendió el oficio con una amiga y fue tanta su fascinación con el proceso de transformación del barro a la pieza terminada, que a los tres meses de las clases se compró un horno y comenzó a capacitarse a través de talleres dictados por distintos servicios públicos y universidades.
Lleva 30 años dedicada al oficio y se siente plenamente realizada. “Todo empezó como hobbie y la cerámica me fue llenando y ocupando cada vez más mi tiempo y espacio. Siempre estoy en busca de algo que me identifique. Permanentemente he pretendido que mis trabajos sean auténticos y en esa búsqueda he llegado a conseguir, por ejemplo, cosas que me apasionan, como texturas y colores diferentes”.
Actualmente, tiene un puesto en el Pueblo Artesanal “Ether Aike” de Puerto Natales y gracias a su perseverancia y a la Corporación Forestal (Conaf), el año pasado logró ser la primera persona en tener una concesión en el segundo lugar más visitado en la región: La Cueva del Milodón, a través de un puesto de ventas.
“Ese trabajo costó bastante. Luego de varias conversaciones logré que creyeran en mi proyecto y por eso estoy muy agradecida por la confianza que tuvieron en mí”. Esta esforzada emprendedora, que se encuentra participando en la actualidad en el Programa de Mejoramiento de la Competitividad de la actividad Artesanal de Magallanes – PDT de Artesanía de Corfo, ha agrupado a 15 dueñas de casa para vender tejidos aumentado sus ventas en un 1500% durante una temporada. Varios artesanos más, se han beneficiado con este emprendimiento trabajando en cuero, madera y tallados en productos exclusivos para la tienda, con motivos regionales.