
Este ambicioso proyecto, reconocido por muchos como uno de los elefantes blancos de la Concertación, generó grandes expectativas desde abril de 2006, cuando el entrante Gobierno anunció el proyecto como una alternativa al problema energético nacional. Con el pasar del tiempo, los resultados escasearon y, con ellos, las críticas comenzaron a aflorar.
El informe elaborado por la firma teutona confirmó la tesis planteada por la Empresa Nacional del Petróleo (Enap) respecto de la existencia de hidrocarburos en la zona de Lago Mercedes, la que decía que hay reservas probadas de gas y petróleo: 300 millones de metros cúbicos y 600 mil barriles de condensado (respectivamente), sumado a que existe la tecnología para explotar estos recursos.
Pese a ello, el documento sentenció que se necesita invertir US$ 100 millones para explorar la zona y llevar los hidrocarburos disponibles desde el pozo hasta la zona de Cuyen, a través de un ducto de 130 kilómetros.