El 2011 el país germano llegó a crecer al 3,3% y descendió los dos años posteriores a 0,7% y 0,4% el 2012 y 2013, respectivamente, y se espera que para el 2015 aumente su crecimiento en 1,7 y 2%. La economía alemana creció un 0,4% el año pasado, lo que se traduce en su incremento más débil desde el 2009. Según un dato publicado esta semana por la Oficina Federal de Estadística, supone una décima menos que las previsiones, tanto del Gobierno como de diversas instituciones, que situaban el incremento del producto interior bruto (PIB) en el 0,5%, como también refleja una ralentización de la primera economía de la Unión Europea.
Alemania creció un 0,7% en el 2012 y un 3,3% en el 2011, sin embargo, los cálculos para este año son mucho más optimistas, ya que el Budesbank prevé un crecimiento del 1,7% y del 2% para el 2015.
La balanza comercial, el tradicional motor de la economía del país, tuvo un comportamiento negativo, ya que las exportaciones aumentaron solo un 0,6%, frente al 3,2% del 2012, mientras que las importaciones se incrementaron un 1,3%.
Desde la Oficina de Estadísticas atribuyeron este débil crecimiento de la cifra de exportaciones a “la continua recesión en algunos países europeos y al moderado crecimiento de la economía mundial”.
Esta incertidumbre de la economía causó una menor inversión del sector industrial, que redujo un 2,2% sus adquisiciones de maquinaria y equipos con respecto al año anterior.
Por otro lado, fue la economía doméstica el factor que compensó el mal año del sector exterior, al crecer un 0,9% el consumo de los hogares.
Aparte de la importante recesión del 5,1% registrada el año 2009, el 0,4% del año pasado es el peor dato de crecimiento de Alemania desde el 2004, cuando el PIB aumentó el 1,2%.