Su piel está escamada y es difícil mirar a sus ojos por toda la suciedad que tiene. Si usted se siente raro cuando deja de bañarse un día, sea cual sea la razón, imagínese lo que debe ser no hacerlo durante 60 años.
Sí, así como leyó, 60 años. Esa es la realidad del ciudadano iraní Amoo Hadji, quien tiene una convivencia con su entorno un poco primitiva, ya que vive en una cabaña alejado de la civilización.
Este hábito hizo que la piel de este hombre esté escamada y sea difícil mirar a sus ojos por toda la suciedad que tiene.
Sin embargo, Hadji no ha sufrido de ninguna enfermedad derivada de la no higiene, lo que causa asombro por el buen estado en el que se encuentra pese a que su máximo gusto es fumar estiércol con una pipa.
El hombre ha dicho que no se baña porque no siente la necesidad, no sufre malestar y porque se dejó estar. Sin embargo, quienes han estado cerca de él dicen que aquello resulta una proeza tan grande como aspirar el estiercol que fuma y que se ha convertido en el mayor de sus vicios.
La noticia ha dado la vuelta al mundo y ya hay quienes lo postulan al Récord Guinness, pero de lejito nomás.