La madrugada del 14 de abril del año 2013, cambió la vida de René Bahamonde y de Cecilia Trujillo. Hoy, a casi un año del hecho que conmocionó a la comunidad, la familia de los sentenciados buscan anular el fallo a través de una apelación en el máximo tribunal de Magallanes. Mientras una familia busca demostrar la inocencia de su hijo frente a la condena que se le aplicó por un delito de homicidio, la otra está próxima a conmemorar un año de una trágica partida.
La madrugada del 14 de abril del año 2013, cambió la vida de René Bahamonde y de Cecilia Trujillo. El primero, padre de Max Bahamonde Agüero; ella, la madre de Kevin Boitano Trujillo. Sus hijos, fueron protagonistas de un hecho perpetrado de madrugada en las cercanías de la Universidad de Magallanes.
Aquel fue el punto de partida de un capítulo doloroso para ambas familias. En el caso de la familia Bahamonde Agüero, más que comenzar, era el fin de tener a su lado a uno de sus hijos, el menor, un joven trabajador que estaba a la espera de comenzar a estudiar ingeniería en la misma casa de estudios a la cual iba ese día a disfrutar de una fiesta, a la cual nunca alcanzó a llegar.
La familia Boitano Trujillo, en cambio, sufrió la detención del menor de los hijos de Cecilia. Se le imputó responsabilidad en la agresión uque terminó con la vida de Max Bahamonde.
Aquello es parte de la historia, lamentablemente real y dolorosa, que está pronta a cumplir un año (en abril), y que hoy ante nuevas acciones judiciales reabre las heridas para la familia de la víctima, y las esperanzas para una madre que cree en la inocencia de su hijo detenido.
Con este acto la herida se reabre para toda la familia, dijo René Bahamonde Mansilla, padre del joven asesinado, Max Bahamonde Agüero.
No conforme, y francamente molesto por lo que hoy busca la defensa de los tres condenados en la causa, califica ¡ como inédito tener que volver a revivir los trágicos acontecimientos en que perdieron al menor de sus hijos!.
Dijo que hoy, cuando la familia intentaba reponerse de la irreparable pérdida de Max, vuelve la angustia, la tristeza de lo sucedido: “Estamos destrozados, y la verdad, que sólo queremos justicia. Acá no hay odio ni rencor, simplemente queremos justicia, y si los tribunales ya se pronunciaron con pruebas categóricas sobre las responsabilidades de quienes están en la cárcel ¡qué más quieren los abogados para seguir defendiendo lo indefendible!”, exclama el acongojado jefe de hogar.
Añadió que espera que el máximo tribunal sepa ponderar las pruebas presentadas en el juicio y tengan la convicción suficiente para darse cuenta de lo ocurrido, y en base a eso se pronuncien. “Aún con esto, todavíaconfíamos en la justicia”, enfatizó.
“Es inocente”
Cecilia Trujillo, madre de Kevin Boitano, alega absoluta inocencia de su hijo, argumentando que en el mismo juicio se demostró que él no tuvo participación en los hechos. Sin embargo, fue condenado a 10 años de cárcel.
La mujer lamenta que antes del juicio su hijo fuera condenado por la sociedad. Agrega que hoy su familia vive todo un drama; se sienten amenazados, discriminados.
En cuanto a la apelación presentada en la Corte de Apelaciones, y que busca anular el juicio en contra de su hijo y de otros dos detenidos, dijo que será una instancia para demostrar la inocencia de Kevin, que es lo que a ella le importa.
Lamenta profundamente el trato público que ha tenido el caso y, principalmente, la forma en cómo se ha tratado el nombre de su hijo, de quien reconoce responsabilidad sólo por haber estado en el lugar equivocado a la hora que no correspondía.
Esa noche -recuerda- Kevin salió como todo joven a divertirse y se encontró en medio de una pelea como mero espectador, y cuando todos huyeron hizo lo mismo, siendo detenido a escasos minutos.
Hoy, dice esperar confiada que la Corte de Apelaciones marque un precedente en el caso y repita el juicio, donde por fin se podrá saber la verdad de lo ocurrido esa noche, “por cuanto mi hijo está en la cárcel injustamente, comenzando a pagar una condena de 10 años”.
Vulneración de derechos
“A mí como madre me han humillado por el delincuente que tengo, por el hijo asesino que tengo, son palabras que yo he escuchado, me trataron de asesina en el juicio cuando salí, ¿Yo de asesina?; Llevo 14 años trabajando de noche en la locomoción colectiva, y conozco a miles de cabros, buenos y malos y se visten todos iguales que mi hijo, y eso no quiere decir que sea un delincuente.” Hay discriminación, hay muchas cosas injustas en todo lo que está pasando su hijo, ella y su familia. Entre ellas los propios peritajes presentados en el juicio donde jamás se encontraron evidencias entre las ropas de Kevin mientras que, los otros si había evidencia de sangre de la víctima.
Lamenta no contar con el dinero para contratar un abogado particular, porque lamentablemente en nuestro país existen dos justicias, la de los ricos y la de los pobres, siendo esta última, la que condenó a su hijo.
Dice que espera que el estigma que hoy sufre su familia termine de una buena vez, y no sigan siendo portada de los medios de comunicación.
Corte de Apelaciones
En este caso, recién el día 19 de febrero se conocerá si finalmente el tema seguirá en la palestra noticiosa, reviviendo un capítulo doloroso para una familia, y de exposición para otra, por cuanto ese día el máximo Tribunal de Justicia de la región dará a conocer el fallo donde indique si el juicio se anula o no, de acuerdo a lo solicitado por la defensa de quienes hoy cumplen condena por el homicidio de Max Bahamonde Agüero.
La apelación
La apelación es un recurso, que se interpone en contra de una sentencia definitiva, así se llama a la resolución que pone fin a un juicio o a una instancia.
Tiene como finalidad la de confirmar, revocar o modificar la decisión dictada en la misma sentencia, y se tramita ante el tribunal de alzada, (Corte de Apelaciones), que es un órgano colegiado compuesto de cuando a lo menos tres magistrados, quienes al resolver el recurso, deberán votar por un resultado de acuerdo a sus interpretaciones jurídicas del caso en particular; y su actividad consistirá en revisar que no haya existido violación procesal o indebida valoración probatoria en contra del sentenciado; esto es, una revisión del trabajo del juez que la dictó, a cargo de los magistrados que tienen mayor jerarquía que el juez de primera instancia, pero todos corresponden al mismo poder, según la competencia.