Así lo afirma el sicólogo del área de violencia sexual y abusos del Sename. Entre enero de 2012 y octubre de 2013 hubo 58 menores de edad en sus programas de la red de protección que estaban embarazadas producto de una violación. El Servicio Nacional de Menores (Sename) desarrolló un estudio sobre la situación de embarazos en menores producto de abusos sexuales. En sus conclusiones, de acuerdo a la información de La Tercera, se indica que entre enero de 2012 y octubre de 2013 hubo 58 menores de edad en sus programas de la red de protección que estaban embarazadas producto de una violación. Ocho de ellas tenían entre 11 y 12 años.
“Se trata de una realidad particularmente dolorosa, de la que se habla poco, pero que requiere de una urgente toma de conciencia por parte de la comunidad. Ellas no sólo fueron gravemente vulneradas en su esfera sexual, sino que, además, deben afrontar la maternidad”, sostiene Rolando Melo, director del Sename.
Según las cifras que arrojó el análisis, las principales regiones en donde se concentraron los casos fueron la Metropolitana (11), Los Lagos (9), Biobío (9) y La Araucanía (7). Además, cinco de las ocho víctimas menores de 12 años residían en la zona sur: dos en las regiones del Maule y Biobío y tres en Los Lagos.
En términos del modus operandi, Melo manifiesta que “no estamos hablando de delitos o asaltos que ocurren en la calle, por supuesto condenables, sino de hechos que, en su gran mayoría, sucedieron dentro de la casa, en ambientes domésticos y entornos familiares, muchas veces bajo un manto de silencio de otros cercanos. Detrás hay un tema cultural muy fuerte”.
El sicólogo Rodrigo Venegas trabaja desde 1997 en el área de violencia sexual y abusos del Sename, y asegura que los agresores no han aumentado, pero sí los controles sociales y la noción de que es un delito grave.
“En el año 97 teníamos casos terribles, pero que pasaban mucho tiempo ocultos en la estadística, bajo una cifra negra muy grande, o que sencillamente terminaban en abortos clandestinos. Hoy en día se conoce más el fenómeno y, por lo que vemos, se encuentra presente en todas las clases socioeconómicas”, sostiene el especialista.
Un aspecto importante es el perfil del agresor sexual. Venegas comenta “en Chile, tiende a ser un sujeto heterosexual, con vínculos de familia, por lo general con esposa e hijos, y que, en ciertas circunstancias, abusa de un niño cercano”.
Ante estos casos, el Sename procede presentando una medida de protección para proteger a la niña y sancionar al presunto culpable.
“Luego, actuamos con Programas de Representación Judicial para la menor, que actualmente hay en ocho regiones, o directamente como Sename, hasta que un tribunal determina dónde y con quién se queda la niña”, subraya el director, Rolando Melo.
También existen siete residencias para adolescentes embarazadas y 109 programas de Reparación del Maltrato y Abuso Sexual. El año pasado, por ejemplo, éstos asistieron a 16.016 menores.
La estimación del servicio es que más del 75% de mamás atendidas asumen finalmente el cuidado de su hijo.