"En el futuro vendrán muchas emergencias imposibles de prever, pero existen medidas que siempre se pueden tomar en consideración y estar atentos, porque mejor es prevenir que curar, y hasta sale más económico”. En los últimos cuatro años hubo catástrofes naturales, y otras emergencias, que afectaron el desarrollo de políticas en la región, y que obligaron a modificar destinos económicos. Está el caso del desborde del Río Las Minas, por lo cual se realizaron numerosas obras para rehabilitar un amplio sector de Punta Arenas. Se destinaron M$ 4.800.000 para infraestructura vial y habilitar el perímetro afectado por el desborde del río. Los proyectos incluyeron la reparación del deterioro causado en Avenida Colón y otras obras en la Costanera del Estrecho. Pero, ¿ese mismo dinero, o incluso inferior, se pudo haber invertido en prevención? El otro caso emblemático es el Plan de Recuperación del Parque Nacional Torres del Paine, creado tras el incendio de fines de diciembre de 2011. Allí tuvo participación el Injuv, la Subsecretaría de Turismo, Conaf y el Ministerio del Medio Ambiente. Contempló tres grandes ejes. Se debieron crear nuevos senderos, construir nuevas pasarelas y miradores, se debió reforestar con 259.832 árboles, se debió implementar un sistema de monitoreo, cuya inversión fue de M$ 160.000, en fin muchas cifras millonarias que asombran y que debieron salir muchas veces de fondos regionales, pero ¿tenemos que seguir llegando a aquello? En el futuro vendrán muchas emergencias imposibles de prever, pero sí hay medidas que siempre se pueden tomar en consideración y estar atentos, porque mejor es prevenir que curar, y hasta sale más económico.