Con el rostro cubierto por una polera negra se encontraba el machi Celestino Córdova al momento de ser sorprendido por Carabineros horas después del ataque al fundo Lumahue, en Vilcún, ocurrido el 4 de enero de 2013 y que costó la vida de Werner Luchsinger y Vivian MacKay. Así lo aseguró este jueves ante el Tribunal Oral en lo Penal de Temuco uno de los funcionarios policiales que participó en la detención del comunero mapuche y que es parte de la prueba testimonial con la que la Fiscalía intentará acreditar la autoría y responsabilidad del único acusado en la causa.
Lo anterior confirma la tesis del Ministerio Público respecto a que el imputado se situó en el lugar de los hechos y que la lesión que presentaba en ese momento correspondía a los disparos recibidos del arma de Luchsinger, quien intentó defenderse y auxiliar a su esposa.