
Las manifestaciones en la polarizada nación petrolera perdieron intensidad desde el miércoles, cuando tres personas murieron en enfrentamientos a tiros entre simpatizantes de Maduro y opositores.
Sin embargo, las movilizaciones continuaron ayer en las principales calles de Venezuela, informó Reuters.
“Hoy vamos a seguir en las calles por los mismos motivos de ayer y hace meses: la inflación, la delincuencia y -ahora- el Estado represor que no quiere soltar a nuestros compañeros”, dijo Marcos Matta, un estudiante de 22 años en Caracas.
Otro líder estudiantil aseguró que se mantendrán en la calle “pacíficamente” hasta que liberen a sus compañeros detenidos.
Maduro dijo que no tolerará más disturbios y convocó a una gran “marcha por la paz” para hoy.
Las protestas son la última pulseada entre el presidente y la oposición, que reclama por el deterioro de la calidad de vida en el mayor exportador de petróleo de Sudamérica.
Las manifestaciones expusieron, además, una fractura dentro de la oposición, donde el mayoritario sector moderado de Henrique Capriles sostiene que la violencia en las marchas solo favorece al Gobierno.
Usuarios de las redes sociales reportaron haber sido bloqueados por el proveedor estatal de Internet, mientras el canal colombiano de noticias NTN24 -el único que reportó las protestas- permanecía fuera del aire por órdenes de Maduro.
A pesar de que los precios del petróleo -la mayor fuente de ingresos de Venezuela- se mantenían estables, los bonos venezolanos ha caído sostenidamente desde mediados de diciembre a causa de la tensión política.
Los títulos venezolanos han bajado un 1,5 por ciento desde el miércoles, cuando la violencia estalló, según el índice de deuda de JPMorgan.