
Además aclaró que los medicamentos bioequivalentes son similares o copias del medicamento original cuyas patentes de exclusividad han vencido y por lo mismo otros laboratorios están autorizados para fabricarlos.
Asímismo, señaló que el Instituto de Salud Pública (ISP) garantiza su calidad ya que “para registrarlo como bioequivalente el ISP exige pruebas de laboratorio o en personas (voluntarios) que demuestren que el efecto de este medicamento es idéntico al original”.
Por último, indicó que los rumores y reacciones a la ley serían recurrentes en los próximos meses, sobretodo, de parte de la industria farmacéutica que podría difundir mensajes infundados sobre ciertos medicamentos, llamando a tener cuidado “con esos relatos
anecdóticos que no tienen ninguna base científica” ya que estos medicamentos bioequivalentes no producen malestar ni efectos adversos.