
Este entorno, diferente y llamativo lo hacía especial para la instalación de una base, que dentro de sus mayores fortalezas tendría la de entregar apoyo a científicos e investigadores que veían en el lugar un enorme potencial.
Su extraordinario paisaje lo constituyen áridas laderas volcánicas, playas con fumarolas y glaciares cubiertos por cenizas. La isla presenta una curiosa forma de herradura, para otros la forma de una encantadora sonrisa con una amplia caldera inundada. Se abre al mar a través de un estrecho canal con piedras a ambos lados, los “Fuelles de Neptuno”, formando un puerto bajo refugio natural.