La zona cuenta con cinco composteras de un metro cúbico cada una, aisladas para impedir el acceso de la fauna, así como la proliferación de moscas y ratones; una vez completa su capacidad, demora entre cuatro y cinco meses en descomponerse, dadas las bajas temperaturas de la región.
Una segunda línea de acción es el acopio del aceite de cocina. “Cuando completemos un bidón grande, queremos hacer jabones para demostrar que estos residuos pueden servir para algo útil”, enfatiza Garay.
Por su parte, existe la Asociación de Hoteles y Servicios Turísticos Torres del Paine, que reúne a 16 empresarios del sector, que impulsan un proyecto llamado Recicla Paine.
Mauricio Kusanovic, presidente del Holding Las Torres y de la nueva asociación gremial, explica que “siembre ha sido un sueño tener un proyecto de reciclaje global, pero como requiere de una planta de compactación a nivel local que no tenemos, decidimos hacer algo en conjunto para remediarlo. Así nació el proyecto Recicla Paine, que engloba todos los residuos reciclables (más o menos el 80% de la basura que producen los turistas), así como la creación de una planta compactadora y el contacto con empresas que compren y utilicen este material reciclado”.