Homicida prófugo desde hace un mes

General
27/02/2014 a las 08:22
Una orden de detención emanada desde los tribunales de justicia, mantiene concentrada la labor policial en la búsqueda de Álex Otárola Nievas, quien no retornó a la cárcel de Punta Arenas para seguir cumpliendo condena de 10 años por homicidio calificado. El joven participó como autor en un hecho de sangre ocurrido en septiembre de 2004, junto con los “artistas circenses” Sebastián Curiche Vergara e Israel Villarroel Alvarado.
Una orden de detención emanada desde los Tribunales de Justicia, mantiene concentrada la labor de funcionarios de la Policía de Investigaciones de Chile, quienes tienen como propósito, ubicar y detener a Álex Ariel Otárola Nievas, condenado a la pena de 10 años de presidio por el delito de homicidio calificado en el que participó en calidad de autor, el año 2004.
Esta persona, hace un mes atrás, se encontraba recluida en la sección juvenil de la cárcel de Punta Arenas, lugar al cual no retornó luego de acogerse a un nuevo beneficio extra carcelario.
Ésta es, a lo menos, la cuarta oportunidad en que el condenado quebranta el beneficio de libertad condicional, luego que fuera sentenciado cuando era menor de edad en la fecha de cometidos los hechos.
Esta situación le ha permitido a Otárola poder sustituir el cumplimiento de su pena, con algunos beneficios de libertad condicional y con el derecho a la reinserción de un condenado menor de edad.
Quebrantamiento
Hasta ahora se conoce de por lo menos cuatro oportunidades en los cuales ha podido acceder a beneficios de libertad, ya sea diurna, dominical o, simplemente, libertad especial, por ser un condenado bajo la Ley de menores.
Es en esta instancia que el ahora “prófugo de la justicia” ha quebrantado el beneficio. Se recuerda cuando Otárola fue capturado por personal de la PDI de Última Esperanza, tratando de cruzar la frontera chileno argentina en el sector de Casas Viejas, hecho ocurrido la tarde del jueves 7 de octubre de 2010.
Otra oportunidad fue el 6 de noviembre de 2012, tras un procedimiento policial adoptado por una denuncia de violencia intrafamiliar, donde fue detenido. En esa oportunidad, fue personal de Carabineros que adoptó el procedimiento y se percató que mantenía en su contra una orden de detención pendiente desde marzo de 2011, por quebrantamiento de beneficio de salida semanal que gozaba mientras cumplía una pena en el centro de detención juvenil.
A estos dos hechos, ahora se suma el que se encuentra vigente con fecha 5 de febrero del presente año, día en que debía retornar a la sección juvenil del complejo penitenciario, luego de obtener otro beneficio extra carcelario.
De esta forma se efectuó la denuncia por evasión al Juzgado de Garantía de Punta Arenas, el que emanó una orden de detención en contra de Otálora Nievas, la que está llevando adelante en parte investigativa la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones, PDI.
Su historia
Los antecedentes del hoy joven de 25 años, dan cuenta que la madrugada del 12 de septiembre de 2003, Óscar Rolando Torres Uribe, (víctima),se encontraba con su auto estacionado en calle Emilio Covacevich, próximo a la Junta de Vecinos “Villa Selknam”, sector norponiente de Punta Arenas.
Los antecedentes de los hechos ocurridos esa madrugada señalan que, desde un grupo de individuos que causaban destrozos en la sede vecinal, se acercó al vehículo uno de ellos, comenzando a quebrar los vidrios del móvil. Posteriormente, sacó a Torres Uribe desde el interior del móvil para golpearlo con pies y puños. Una vez con la víctima en el suelo, se sumaron a la golpiza Sebastián Nicolás Curiche Vergara, Nelson Rubén Ampuero Mora, y los menores de edad, en esa época, Israel Claudio Villarroel Alvarado y Alex Ariel Otárola, siendo -de acuerdo con los antecedentes- estos dos últimos quienes premunidos de armas cortopunzantes le propinaron certeras y violentas puñaladas en varias partes del cuerpo a Torres Uribe, quien producto de lo mismo falleció.
Posterior a ello, todos y cada uno de los integrantes del grupo agresor, huyeron del lugar, utilizando para ello el propio vehículo de la víctima.
Fiscalía
El fiscal, que conoce en profundidad la situación procesal del prófugo de la justicia, es Eugenio Campos Lucero, quien tuvo a su cargo la investigación y posterior juicio en contra de Otárola Nievas y su grupo de amigos, quienes terminaron con la vida de Óscar Rolando Torres Uribe, la madrugada del 12 de septiembre de 2004.
En esa oportunidad, el ahora prófugo era menor de edad, por lo que pudo acceder a algunos beneficios cuando se adecuó la Ley de menores en nuestro país.
El fiscal Campos fue claro en explicar que esta persona fue condenada a 10 años de internación, con la dictación de la Ley 20.084, con penas o sanciones que se acomodaron a esta nueva legislación, por tanto ahora no se habla “de penas, sino que de sanciones”
Añadió que con “este dictamen debió ajustarse el procedimiento, y esto cambia de nombre y apellido”, explicó el representante del Ministerio Público. De esta manera, dijo que pasan a ser los mismos 10 años, pero, de internación en régimen cerrado, con programa de reinserción social. Y eso aún cuando en años aparece como que diera lo mismo, esto no es tan así, porque el Código Penal cuando habla del delito de quebrantamiento de condena no hace alusión a aquellas personas que recibieron penas como las que fueron impuestas a Otárola, quien prácticamente recibió una sanción de internación, por ser menor de edad a la fecha de ocurridos los hechos.
Independiente de esto, esta persona hoy se encuentra incumpliendo una sanción judicial dictada por un Tribunal de la República, y por la cual debe responder. Para ello, el Tribunal de Garantía ha ordenado una orden de detención respectiva.
Esposa de la víctima
Como una etapa de su vida que quiere cerrar, Miriam Bórquez habló con Diario El Pingüino, señalando que la muerte de su esposo el año 2004 ha sido un capítulo que la justicia se ha encargado de recordarle a cada momento que los condenados no han cumplido efectivamente las penas impuestas.
Óscar Torres Uribe, de 45 años, al momento de ser asesinado llevaba 17 años de matrimonio con Miriam Bórquez, dejando además a dos hijos, en ese entonces (de 8 y 14 años).
La mujer indicó que han sido nueve años de silencio, pero la injusticia es que la mayoría de los autores del homicidio de su esposo no están cumpliendo sus condenas. Eso la llevó a hablar: “Es imposible que una de las personas que está condenado por un homicidio se escape por cuarta vez. En esta ocasión, me enteré accidentalmente que Álex Otárola estaba con beneficios y, además, no había retornado a cumplir su condena. Es una etapa de mi vida que quiero cerrar y no se puede, porque en el camino transcurren este tipo de cosas. De los cuatro agresores que le dieron muerte a mi esposo, hay uno que está fugado (Israel Villarroel, buscado en Argentina), otro que está preso, y otro que hace ya dos años tiene beneficios y sale de la cárcel y ahora este último individuo que se fugó. Hay muchas irregularidades y no se puede vivir tranquila. Como familia ha sido muy duro, y para poder aminorar el dolor, la justicia debe tomar medidas”.
La mujer indicó que a su vivienda llegó una citación, de este modo se enteró que uno de los condenados no estaba cumpliendo la pena de más de 10 años. “Por curiosidad fui a la audiencia. En esos instantes me enteré que se suspendió y, al consultar esta situación, nos dijeron que otra vez se había fugado. Lo que no entiendo es por qué le dan beneficios a este tipo de personas. La idea es que alguien me explique el porqué si hay una sentencia no se cumple. Por qué de cuatro condenados sólo hay uno detenido, por qué la justicia le da beneficios a los menores si luego cumplen su mayoría de edad. Todas estas interrogantes, quién las responde”.
La mujer, quien no había hablado de lo ocurrido a su esposo, ayer recordó los difíciles momentos que le tocó vivir. “Esa noche Óscar junto a mi hermano retornaron a esa sede a buscar a mi hijo. Mi hermano se bajó e intentaron apuñalarlo, pero alcanzó a evitarlo. En esos instantes a mi marido lo sacaron a la fuerza desde dentro del auto, lo golpearon, patearon y apuñalaron, hasta que se desangró en el lugar. Él nunca supo lo que pasó”.
La mujer que busca que los autores del homicidio de su marido cumplan con la sentencia impuesta, dijo no sentir temor a represalias. “No tengo miedo a nadie. Yo soy la víctima, no ellos. El daño se le hizo a mi familia, por parte de ellos y la justicia. La sentencia fue clara en no darle beneficios y ahora los tienen”.

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