La sentencia lo declaró culpable del delito de incendio con resultado de muerte en el ataque al fundo Granja Lumahue en enero de 2012. El líder religioso mapuche, Celestino Córdova, fue condenado a 18 de cárcel por el asesinato del matrimonio Luchsinger Mackay, personas que fueron quemadas vivas en el interior de su hogar en el sur de Chile, donde los indígenas luchan por la recuperación de sus tierras ancestrales.
El Tribunal Penal de Temuco divulgó la condena una semana después de encontrar a Celestino Córdova, de 27 años, culpable de incendio con resultado de muerte. Los jueces dijeron en fallo dividido, que el ataque y la muerte de los ancianos no fue un acto terrorista. La fiscalía pedía cadena perpetua.
El ministro del Interior, Andrés Chadwick, consideró baja la pena e insistió en que el ataque y muerte del matrimonio sí fue un hecho terrorista.
El fiscal del caso, Cristián Paredes, señaló que “nos parece que es una pena que a lo menos se condice con la gravedad del mal causado a las víctimas”.
Este crimen ocurrió la madrugada del 4 de enero de 2013 y la investigación judicial determinó que los atacantes fueron un grupo de encapuchados, aunque la policía sólo capturó a Córdova a unos dos kilómetros y medio de la casa del agricultor Werner Luchsinger, de 75 años, y de su esposa, Vivian Mackay, de 69 años. Córdova presentaba una herida de bala en el pecho.
Durante el juicio se presentaron peritos que no coincidieron en qué tipo de arma hirió a Córdova, punto importante porque Luchsinger tenía un arma corta, pero no se pudo comprobar si fue disparada o no, por las altas temperaturas a la que fue expuesta.
Córdova está en calidad detenido desde el mismo día del crimen y seguirá en prisión. El dirigente puede recurrir a la Corte de Apelaciones y a la Corte Suprema, y también puede pedir la nulidad del juicio.
El abogado querellante del Gobierno, Juan Pablo Hermosilla, destacó que la pena de Córdova “es de cumplimiento efectivo, en consecuencia, sin beneficios”, lo que significa que una vez cumplida la mitad de la condena no podrá pedir salidas de fin de semana, por ejemplo.