
“Lo concreto es que independiente del modelo de vehículo, quienes habitamos en la Patagonia Chilena estamos pagando $ 10 mil más en promedio de lo que cancelábamos en diciembre por combustibles”. Ya superamos el mes de continuas alzas en los precios de los combustibles. Hoy llegamos a la sexta semana y los numerosos reclamos de la población se masifican, más en esta zona del país donde la utilización del automóvil es una necesidad de primer orden. Como ocurre con cualquier producto de alto consumo sin sustitutos directos, los incrementos en su precio afectan el bienestar de la población y en Magallanes lo sabemos mejor que en otros lugares de Chile, más aun cuando miramos hacia el otro lado del alambre. El incremento de hoy no es el resultado de cambios sorpresivos ni bruscos en el precio de los combustibles. Es parte de una dinámica observada durante los últimos meses que ha significado desde diciembre del año pasado un alza superior a los cien pesos por litro. Pero soluciones a la problemática no se escuchan, entonces ¿qué hacer? ¿A quién pedir ayuda? La respuesta ante el fenómeno debería pasar por crear condiciones que incentiven la adopción de otras fuentes energéticas, y no por volver a sistemas de compensación arcaicos, ineficientes y caros. También se plantean producir cambios en el Sistema de Protección al Contribuyente ante las variaciones en los precios internacionales de los combustibles, o Sipco. Lo concreto es que independiente del modelo de su vehículo o la cilindrada, hoy usted igual que todos quienes habitamos en la Patagonia Chilena estamos pagando diez mil pesos mensuales más en promedio que en diciembre y justo ahora en marzo. Cuando el bolsillo más se reciente.