Señala que, tres años después de dar su primer testimonio a la Policía de Investigaciones, tuvo acceso a él y vio que faltaban varias cosas que en su momento declaró. Una de ellas dice directa relación con la presencia de Carabineros ese día en las cercanías de la fiesta. “Hay compañeros de la época que saben mucho de lo que pasó esa noche”, dice Manuel Barrientos, una de las personas que asistió a la fiesta tras la cual desapareció Ricardo Harex González.
El joven es ex alumno del Liceo San José de Punta Arenas, quien el año 2001 era, además, compañero de curso de Ricardo.
Trascurridos más de 12 años desde la desaparición del joven estudiante salesiano, no es uno, sino varios quienes ya se atreven a dar su testimonio en torno a lo que pasó esa madrugada del 19 de octubre, fecha en que se vio por última vez al estudiante desaparecido.
Barrientos primero deja en claro que la idea de hablar públicamente no es entorpecer la investigación que se lleva la justicia; más bien, es dar a conocer lo que pasó esa noche, cuando él participó de la fiesta que se desarrolló en el sector del Barrio Croata, misma desde donde se perdió el rastro de Harex.
“Esa noche junto a un compañero, cerca de las 3 de la madrugada, salimos a fumar un cigarro, pero al ver la baliza de Carabineros preferimos dar una vuelta por la cuadra, vuelta en la que aprovechamos a fumar. Eso por una suerte de temor que nos podían llevar detenidos por andar bebidos”, señala Manuel Barrientos.
Agrega que “nosotros, nos habremos demorado unos 30 a 40 minutos, y al regresar a la fiesta, Ricardo ya no estaba. Hay declaraciones, o rumores que dicen que salió caminando con destino hacia el sector norte, cosa que si hubiera sido así, nosotros lo hubiéramos visto. Eso no sucedió”.
Continúa señalando que “a nuestra llegada tampoco se encontraba el vehículo policial, lo que nos llamó la atención, pero en fin era lo que queríamos, precisamente para evitar ser detenidos por andar con trago”.
Barrientos asegura que Carabineros llegó a la fiesta, luego de que vecinos reclamaron por lo fuerte de la música.
“Esto, más otras cosas ocurridas esa noche, nos hicieron pensar al principio que acá había una responsabilidad directa de Carabineros, pero al pasar de los años, se va conociendo la verdad de lo ocurrido... Hay otros de esa época que saben mucho de lo que pasó esa noche y desconozco si han entregado todo en sus declaraciones”, aseguró Manuel Barrientos.
Cuenta que él ha declarado en dos oportunidades en la causa, la primera vez fue días después de la desaparición de Ricardo y, en el año 2004.
Añade que, si bien es cierto, en esa primera declaración a la que lo acompañó su padre, omitió algunas cosas, eso se debió exclusivamente al temor de algún reto por parte de su progenitor, por haber consumido alcohol y fumado.
Ahora, de que existieron circunstancias extrañas, o a lo menos dudosas de la investigación de esa época, Barrientos dice que sí las hubo, a tal punto que tres años después de su primera declaración prestada a la Policía de Investigaciones, tuvo acceso a ella y vio que faltaban varias cosas que en su momento declaró. Una de ellas dice directa relación con la presencia de Carabineros ese día en las cercanías de la fiesta, situación que estuvo por tiempo en el “boca a boca”, pero jamás en el expediente.
En cuanto a la presencia de Rimsky Rojas en el caso, Barrientos dijo que recién ahora para él, y no por defender al fallecido sacerdote, le da crédito a los dichos de ese tiempo, puesto que a su juicio acá existía una responsabilidad directa de Carabineros, porque fue a ellos a quienes vio cerca de la fiesta esa noche que desapareció su compañero de curso.
“Ahora sí puedo señalar que era prácticamente vox populi las supuestas acciones que realizaba el cuestionado sacerdote, quien de acuerdo a lo que conversaban compañeros de colegio, éste frecuentaba los lugares donde se juntaban algunos alumnos, con el propósito de esperarlos a las afueras y tras reprimirlos por haber estado consumiendo alcohol o cigarrillos, los llevaba personalmente a sus domicilios”.
“Rimsky invitaba a los acólitos a su casa”
“No había alumnos preferidos para el cura; sí había un grupo selecto de estudiantes, principalmente acólitos, que eran quienes, incluso, visitaban la casa del cura, desconozco para qué”, dice Barrientos.
Añade que con el pasar del tiempo, hay muchos compañeros que hoy día no descartan la participación de Rojas, en todo lo que dice relación a la extraña desaparición de Ricardo, “debido a lo que hasta hace un par de años eran sólo rumores. Con la investigación que se está haciendo hoy, hay muchas cosas que pasaron de comentarios a realidades, por lo que no se descarta nada. Al principio, cuando se suicidó el cura, claro que me sorprendí, pero ahora ya no, debido a que las aristas que se van conociendo con el tiempo, va dando algunos antecedentes de su posible participación en los hechos”, finalizó diciendo, Manuel Barrientos, ex compañero de curso de Ricardo Harex González.